Jorge Chicati Copyright

viernes, 25 de mayo de 2012

caminar a la orilla de la carretera


Se detuvo en medio del camino. por un momento  se detuvo el tiempo para el.
Sintió su respiración, escucho sus jadeos.

Se sintió; sintió como si nunca se hubiera sentido.
Se sintió a travez de su vista, sintió que los colores tomaban mas color.

Parecían “vivos”.
Vio sus manos, vio su piel.

se toco por dentro dejando que el aire entrara a sus pulmones llenándolos todos de energía, de fuerza.

Dejo que con el aire entraran todos los olores y se sintió lleno de sensaciones que despertaron imágenes y emociones.

se dio cuenta, que nunca había buscado el aroma natural de sus ser.

Acerco la nariz a su piel y se olio.
Su aroma le fue agradable, experimento algo dentro de si, que difícilmente podrías ser descrito.

Toda su piel se encendio al ser recorrida por su conciencia,  sintió su envoltura, sintió su piel y sintió todo lo que lo rodea.

Dejo que los sonidos entraran, los encerro dentro de su cabeza y el se metió dentro de ella, se sento en el piso de aquella oscuridad y se dedico a comparar las distancias, se dedico a separar los grupos de sonidos. Los uso para medir distancias, para saber que cosas hay a su alrededor y las sintió por sus sonidos.

Un lápiz veloz y movido por la emociones, produce sonidos agudos, afuera hay sonidos, aquí hay música.

Visualiza  los instrumentos, va separando los sonidos.

Sigue dentro.
Siente, solo siente.

Sintió el peso de su cuerpo y la fuerza que este hacia al resistir la fuerza de gravedad, a la cual debía, el haber encontrado el equilibrio.

Un equilibrio que en este momento parece haberse congelado en el paisaje, a mitad del camino.

Un animal parado sobre dos extremidades.

Un animal bajo el cual esta la tierra, una animal sobre el cual esta el cielo.

Cuantos años se necesitan para encontrar la falla de la maquina que era el?

La había encontrado?
Acaso existía?

Aclarar sus ideas siempre fue su prioridad.
aclara tu mente ¡ -se decía.
 A cada instante tendría que detenerse en el camino y conspirar por la felicidad del mundo y suya.


Un dios? Claro que hay un dios, solo que ese dios solo se puede ver después de la muerte y… quien sabe.

Por lo tanto había abandonado la idea de un contacto directo con su creador.

No había abandonado el camino, al contrario, lo había ampliado. En su caminar busco todas las historias de dioses y las fue juntando.

De todas las arcillas que encontró en el camino, fue amasando el ídolo invisible que nunca formo.

Un dios hecho con las arcillas que nunca tomo con sus manos sino con su corazón.

Un dios que no hizo para nadie, solo para el.

Que estas haciendo?- se pregunta- mientras su cuerpo sigue quieto sin ninguna señal de movimiento alguno.

Nada.
No hay nada solo un instante dentro de si.
Y nada ya era algo.

Recordó aquel momento que nunca vivio.
Dentro de si todo estaba en tonos rojos, todo era del color de su sangre. Su caminar era parecido al de algún hombre dirigiéndose con urgencia rumbo a algún sanitario.

Su rostro duro, tenso, mostrando la imagen de algo que pasa en sus adentros.

La soberbia estaba lastimada, la soberbia necesitaba curación, por eso se dirigía hacia aquella tribuna, necesitaba tener un dialogo con su creador y responderle al mismo tono con el que aquel le hablaba. Trataría de ser lo mas honesto posible.

Después de los rituales,
dejo de verlos y su mirada se dirigió hacia dentro de si.
Se vio y mientras “algo” de su ser miraba dentro de si, una voz fuerte y clara comenzó a escucharse, por fin se escuchaba a si mismo. Por fin daba tribuna a su moustro dormido.

Me he levantado de mal humor ¡
Hoy siento que la vida es injusta ¡
Hoy me desperté con un sueño, en ese sueño alguien no hacia lo que yo quería aunque fuera bueno.
Era algo tan simple, tan insignificante …solo era algo.

Al levantarme hice lo de siempre pero en mi mente están todas esas espinitas que aun traigo clavadas. No se van están ahí esperando a ser concluidos, todos esos ciclos abierto que me siguen chupando la energía.
Algunos son espinas, llevan tanto tiempo ahí, que es posible que ya estén super infectados y tal vez necesiten curación apache.

Estoy molesto y eso me recuerda que estoy vivo.
Me doy cuenta de que ya no soy el que era o que sigo siendo el mismo pero ya actuo diferente, que ya me estoy acostumbrando no decir nada, que tal vez he dejado de buscar los lugares donde la lucha es mas social.

Me gusta estar tranquilo, me gusta estar aquí dentro de mi pensando en el tiempo y el espacio entre el cual se mueve este planeta. Me gusta olvidar el afuera.

A veces me pongo a transformar cosas que ya son consideradas como basura por algunos, en algunas piezas brillantes que a cualquiera le gustaría traer pegadas a su piel.
Solo las hago y las guardo.

Algunas son muy simples, tan simples que no están modificadas, solo les doy brillo.

Estar adentro hace que mis manos hablen de lo que ven adentro.
Adentro es chido, se siente bien cuando no hay emociones movidas. Y aun cuando hay también se siente bien cuando se tiene conciencia de que todas las emociones pasan.

Todo pasa,
Sino pasa, pues entonces tomo esta tribuna y saco todo, me abro en canal y me veo.

Fluir ¡
Fluir ¡
Fluir ¡

Todo fluye, tengo las emociones para sentirlas.


Recordó bajar de la tribuna y ya no era el.
Después se fue, caminado por todas las orillas de carretera donde su cuerpo anduvo caminando, sin sentir, sin saber.
 Enajenado, caminante, aun sigue a la orilla de la carretera.

Hay veces en que no se quiere ver el mundo en el que se esta, se cierran los ojos al afuera y la estancia en el adentro puede durar toda la vida.

Es tan agradable que extraño volver.