Jorge Chicati Copyright

domingo, 22 de junio de 2014

Carta a mi hija



Lunes 16 de junio del 2014.
4:58 am.



Carta a mi hija.

Buenos días Ámbar!

Aquí aun esta oscuro, los autos pasan por la pista cada vez mas seguido. Son las personas que viajan moviéndose temprano. Algunos van para el otro lado, algunos van al sur por la baja o al sur por sonora.

Algunos se despiertan temprano por gusto y con gusto, otros de mal gusto y renegando, pero ahí van, con las luces de sus autos encendidas y truchas! Muy truchas porque en la pista no puede haber descuidos, la vida misma o de otros depende de quién maneja.


Gracias por qué abres tu corazón aunque sea en el facebook, gracias por decir lo que sientes. Gracias de verdad.

Me sentí mal y soy responsable por eso, fue mi decisión pues siempre he querido que todos crean que soy buenito, que soy la mejor persona del mundo y no un pinche cobarde que abandono a su hija y que no la ha visto por quince años. Un pedazo o remedo de hombre que no supo tomar su papel en la vida.

Se me movieron las emociones y no quise contestar ni comentar lo que me compartiste. No es bueno –a según me dijeron- responder cuando se tiene la mente caliente y yo no solo tenía la mente caliente, sino la cara también.


Hoy me levanto y ando buscando en la compu algunos escritos que están dirigidos a ti, solo encuentro uno pero no es lo que hoy te quiero decir.

Para empezar, no quiero responderte de manera tal que te saque de onda, no! Eso no ayuda para nada. Tampoco quiero darte la razón ni quitártela o  llenarte con mis excusas, no.


Hoy quiero devolverte algo que te falta, algo que tú crees que yo te quite: tu felicidad.

Te voy hablar de mí y espero que en el correr de mis palabras la encuentres. No voy hablar de ti, ni de nadie, solo de mí aun cuando tal vez mencione a algunas personas.

Soy Jorge, y mi historia es igual que otra cualquiera; un montón de hechos o eventos donde las emociones me llevan por los caminos del sufrimiento y la felicidad,  por lugares y personas increíblemente horribles o maravillosas, por escuelas rudas o escuelas suaves. La vida solo pasa y yo soy actor y testigo de la mía.

Nací en Sinaloa, hijo de un oaxaqueño y una mujer de Colima.
Ella güera de ojos de color y el prieto. Tengo cinco hermanos que nacieron todos en diferentes estados de la republica, bueno, chayo y cuitla son del mismo lugar.

Sabes? Yo no aceptaba a mi padre ni a mi madre, no me gustaban. Mi madre era muy pegalona, se enojaba mucho y nos daba con ganas. Mi padre era todo lo contrario, no nos pegaba pero eso no es lo que no me gustaba de él; era moreno, pobre y no sabía leer ni escribir aunque esto lo supe mucho después.

Muchas veces me descubrí preguntándome: porque mi madre se caso con este señor? Porque no busco alguien con dinero? Alguien con otro color?

Mis problemas existenciales apenas comenzaban. A los seis años conocí el trabajo: íbamos en la primaria y ya cargaba un costal en el que iba guardando las botellas que comprábamos en las casas. Botellas de vidrio que vendíamos en las fábricas caseras de cloro y salsa.

Eso, y lavar botellas fue de mis primeros trabajos. No me gustaba para ni madres! Mientras lavaba las botellas mis pensamientos seguían haciendo crecer mi odio por ese señor que no me gustaba, por esa señora tonta que se caso con un pobre que no tenía dinero y que además era prieto por lo cual yo creía que mis primos (todos güeros) no nos querían.

Primero, segundo y tercer año de primaria fueron así. Mi padre no estaba la mayor parte del tiempo, siempre andaba viajando, trabajando fuera de Colima.
Cuando regresaba de viaje nos compraba huaraches de llanta y de correas de piel, de esos que rechinan mucho al caminar. Yo casi no recuerdo muchas cosas de esa etapa de mi vida, solo que éramos los arrimados en la casa de mi abuelo Aurelio, un señor de ojos muy muy azules que les decía a mis primas que eran muy bonitas y a mi hermana que era muy fea, que por eso la iba a regalar. Tal vez lo decía de broma pero ahí siguen sus palabras en los recuerdos de mi carnalita la mayor, que nos defendía con todo y contra todos.

Íbamos de casa en casa, de lugar en lugar. Casi no teníamos ropa y mayormente andábamos en trusa y sin camisa.

Como odie ser pobre y jodido. Como envidie a los demás porque tenían lo que yo no tenía.

Nos fuimos a Jalisco, y allá muchas cosas no cambiaron, las incomodidades seguían pues yo eso era lo que quería ver.

No había baño en la casa y hacer del baño era correr al monte, buscar algún lugar donde nadie me viera, esconderse de la vista de los demás, cortar una ramita para espantar a los zancudos y buscar algunas hojas verdes, grandes y que no picaran para limpiarse cuando terminaba.

El agua había que acarrearla del rio. Apenas tenía ocho años, pero ya me cargaba mi “burro” con dos cubetas de agua. Mi carnalito, también se cargaba su burro y ahí veníamos tratando de que no se cayera el agua para que costeara el viaje. El burro era un palo de madera al que le cuelgas dos mecates y en sus puntas amarras las cubetas. El palo va sobre los hombros y con las manos se toman las cubetas para mantener el equilibrio.

Pinche vida tan culera! Mientras los demás niños se la pasaban jugando, yo siempre andaba trabajando.

En la escuela no tenía amigos y los niños se reían de la forma en que hablaba, de mi acento y mis regionalismos. Yo sentía que no me querían, la escuela era de puros niños, las niñas iban a una escuela para puras niñas.
Los castigos físicos aun existían y no podía hacer nada contra la autoridad de los maestros. Solo extendía las manos y esperaba que pronto pasara el dolor que producía aquella vara de pino  que el profe dejaba caer con fuerza sobre las palmas. Mi mayor miedo era que me hincaran en el patio con los brazos extendidos y cargando algún pedazo de ladrillo en las manos.

Al salir de la escuela llegaba a la casa y no había tele, en aquellos pueblos pocas personas tenían tele, y las que había eran en blanco y negro. Moscos y zancudos por todos lados, siempre batallando con eso. El piso de la casa era de tierra.

El trabajo seguía en las tardes. Mi madre preparaba galletas o pasteles cuyo merengue era muy duro, casi tostado y nos mandaba a vender.

Había que venderlo. Había que caminar cargando una palangana de plástico en el hombro y andar ofreciendo el pan.

Pinche vergüenza!

Los niños arremedaban la posición de nuestro brazo en la cintura y la palangana en el hombro y con voz de putito decían: ay  pan de pastel!

Yo seguía creciendo mi resentimiento contra la vida. Había muchas cosas bonitas que ver, pero no las vi por luchar contra lo que no me gustaba.

Volvimos a Colima y de ahí a Oaxaca.

Buenos días vale! Era la expresión más decente que yo conocía y así lo era, pero en Salina Cruz, Oaxaca, eso era motivo de burla, nadie entendía que quería decir vale.

Ahí la palabra era verga.
Quiubo verga!  
Mira este verga, que paso verga, vete a la verga!

Para todo esa fea palabra, los niños de la escuela y los adultos tenían otro lenguaje y otro acento muy distinto al que estábamos acostumbrados. Algunas veces hubo que defenderse y pelear, siempre perdí, no sabía pelear.

Santísima madre de Guadalupe! A donde habíamos caído?
Un fuerte viento nos llenaba los ojos de tierra y polvo, era difícil caminar con ese viento que tardaba días y días.

Vivíamos en un cerro, en un cuartito donde dormíamos todos alineados como siempre habíamos dormido. Apenas tenía once años y mi corazón seguía llenándose y llenándose de resentimientos y odio a todo el mundo.

Ya teníamos tele! Ya no teníamos que ir a la casa de los vecinos a asomarnos por la ventana a mirar la tele.

Nada es perfecto, el aire movía la antena y pos casi no se veía. A veces solo se escuchaba y nos quedamos frente a ella tratando de adivinar alguna figura entre todas esas rayas y puntos en blanco y negro.

Además no se veía el canal 2, solo el 13 y ese tal Jorge Saldaña me caiga gordo.

A poco crees que ya no trabajába?

Once años, ya podíamos cargar más. Nos íbamos con mi padre a los basureros, a los arroyos, o de casa en casa y juntábamos botellas de vidrio, que pesaban mucho pero que teníamos que llevar a la casa, para luego lavarlas y llenarlas de cloro que mi padre y madre preparaban. Les pegábamos la etiqueta y todo listo para salir a vender.

El nombre también era motivo de burla: la chinita Colimota!

Y ahí en el istmo, la gente si es carrilluda. Esos colimotes! Los hijos de la clorera.

Nada de jugar, cargábamos nuestras cajas que también habíamos tenido que ir a levantar entre la basura y después a subir y bajar cerros, pues Salina Cruz son puros cerros.

Señora! No va a comprar cloro?

Ahí vamos de casa en casa, cuidándonos de los perros, con 24 botellas de vidrio y cloro dentro de una caja de cartón, que cargábamos en el hombro perdiéndonos los juegos y los programas de televisión, sin faltar por supuesto, de las burlas de los conocidos.

Como odie a mi padre y a mi madre.

Nada mas eso vendiste?
Y para que te regresaste?

Comer frijoles y huevos todos los días. Nuestro negocio trono y pos hubo que buscarle por otro lado.

Volvimos a los pasteles, al pan de pastel.


Porque lo mataron? Por puto! Pan de pastel! pan de pastel!

Recuerdo bien el chiste, todo mundo nos lo contaba.
Decían que había una persona tirada en la calley que llegaba uno con voz de puto ofreciendo pan de pastel, así con mano sobre la cintura y preguntaba: porque lo mataron? Por puto le decían. Entonces el preguntón se alejaba gritando y con voz muy ronca PAN DE PASTEL! PAN
DE PASTEL!


Después aprenderíamos a ir a fayuquear o talonear o pedir que nos regalaran pescados en el muelle.

Éramos como pequeños delincuentes, pues para empezar entrabamos de contrabando y por un hoyo a esa zona.

También era cansado y peligroso andar brincando de barco en barco, mientras se movían al ritmo del agua o el viento. Algunas veces nos íbamos, sin desayunar pues había que llegar temprano a las descargas si se quería traer algo de pescado a la casa.

Solo nos llevábamos unos limones y sal. Ya estando allá, pos nos robábamos unos camarones grandes, con dos o tres ya se hacía algo, los cortábamos por el lomo, les quitábamos la caca y les poníamos limón y sal y ahí los traíamos en la mano hasta que creíamos que ya se podían comer. Así matábamos el hambre, así estábamos aprendiendo a vivir.

Yo tenía once o doce año y mi carnalito dos menos que yo. el me cuidaba a mí y yo lo cuidaba a él, a según, yo creo que dios nos cuido siempre a los dos.

Muchas veces cuando me peleaba con mi mama, yo sacaba todo mi odio y le gritaba: yo no te pedí nacer!
Muchas veces yo quise morir o matar a mi padre pues en mi cabeza aun no había calma, aun no podía ver el lado bueno de la vida. Solo veía sufrimiento y un rechazo de los morros de mi edad, no se diga de las muchachas, sentía que había mucha distancia entre unos y otros.

Cuantas veces pensé: porque no nací en esta familia que si tiene todo? porque no fui güero y con ojos de color como mi madre?

A los trece años comencé a trabajar en refinería, de oficce boy, de barrendero y mandadero con unos ingenieros y entonces ya pude comprarme algunas cosas, como ropa y una grabadora de segunda mano que me robaron a las pocas semanas.
Yo creía que la felicidad estaba en las cosas materiales. Mucho tiempo después, pero mucho tiempo después, comprendería que la felicidad no estaba ahí o más bien si estaba pero no la supe ver.

Nunca deje de trabajar y eso no me hace un niño explotado o un pobre niño sufrido.

Pero…

Donde estaba mi felicidad?

Ya ganaba dinero, ya podría comprar muchas cosas y compre cigarros y después cerveza.
Seguiría mi camino de rebelde y desafiante hasta destruir mi carrera faltándome dos años para terminarla. Nunca fui de los maletas en la escuela, siempre fui de los primeros y con las mejores calificaciones.
Soberbio, resentido y fracasado me fui por el mal camino y comencé mi vida de delincuente. De cárcel en cárcel hasta llegar a la última y ser sentenciado a treinta años de prisión, corrí con suerte y en la apelación me dieron por compurgada la sentencia. Así que salí a los cuatro años y seis meses.

Estar ahí no fue nada fácil, los inframundos están llenos de malas experiencias y pensamientos muy densos. Tal vez eso freno un poco my descenso.


Me volví artesano, seguí viajando y seguí mi vida de rebelde pues no escuchaba a quienes decían que las drogas y el alcohol  eran malos consejeros. Deje las drogas y pensé que como el alcohol era legal, pos este no me haría daño.

Soberbio e ingobernable, no escuchaba consejos y seguía haciendo daño a los que yo decía mas querer.

Murió mi madre de cáncer y se fue cargando la culpa de un hijo al que no pudo ver bien, viviendo bien y feliz.

Extraño a esa señora que tanto odie, extraño sus consejos, sus sabias palabras y aun sus regaños pero hoy es tarde, hoy ya no está para decirle que lo siento mucho, que me perdone por no escucharla, que le debo las gracias porque nunca me falto casa, comida y ropa. Tanto que decir, un simple: te quiero mama, hubieran sido suficientes.

En alcohólicos anónimos aprendí que no hay culpables, que las cosas solo son como son, que cada uno es responsable de su mundo de ideas y de emociones, que las emociones que no se fluyen siguen ahí envenenando todo lo que hago, que si no me quiero yo mismo no puedo querer a los demás, que el pasado ya paso, que el futuro aun no llega y que solo tengo el hoy y lo que soy.

Cuando veo para atrás, ahora puedo ver las cosas chidas, las cosas bonitas que mi sufrimiento y resentimientos no me dejaron ver. Veo a un niño ayudando a su familia, veo a unos padres que con todas sus carencias, nos dieron lo mejor de ellos. Veo más ventajas que desventajas, pues dicen y así lo creo, que el sufrimiento es la piedra angular del crecimiento. Y de aquel niño explotado surgió un guerrero creativo y fantasioso cuyas manos hábiles hacen de la basura bellas obras de arte.


Ya no puedo cambiar el pasado pero si puedo cambiar el presente, mi manera de ver la vida.

Me pongo los lente del jefito, de dios y todo se lo dejo a él; hágase tu voluntad y no la mía. Su plan es perfecto, como quiera que sea. Nunca me manda nada que no pueda soportar ni nunca me ha dejado sin un techo y comida.

Hoy le doy gracias por lo bueno y por lo malo. Porque se que todo sirve en la vida, que nada esta de mas. 

Aun mas, cuando veo la historia de la humanidad o el presente en otras culturas, me doy cuenta que tengo un mejor mundo que muchos, que mi sufrimiento es nada comparado con el que otros han pasado o están pasando, que solo es mi mundito de ideas y mi soberbia las que me hacen creer que soy la victima mas sufrida, que soy lo más importante del mundo y que no tengo porque pasar lo que estoy pasando.

Algunas veces cuando ya no aguanto las cosas, entonces recuerdo a esa señora a la que todos decían doña Mary, sentada a mi lado con todas sus dolencia y con el pelo cayéndosele a causa del cáncer, señora a la que ya ni siquiera se le podía abrazar pues le dolía el contacto a causa de la quimioterapia, pero que aun con todo, intentaba darme para arriba: “nunca esta más oscuro que cuando ya va amanecer”, así me decía cuando me veía llorando en mis borracheras, en mis arranques de rebeldía.

Hoy ya amaneció pero cada día tiene su noche y vuelve a oscurecer.
 
“La felicidad es un camino, no una meta”.

He aprendido que los cuentos con final feliz son una mentira, que nadie es feliz para siempre. Que la felicidad consiste en cada día y cada momento que sea necesario, trabajar en ello.
Que la basurita de la mente y el corazón se sacan todos los días. Igual que se hace en la casa.

Que dios nos dio todas las herramientas para ser felices y allegarnos lo necesario o más que eso para estar bien. Que nos dio inteligencia y un corazón que es como una bodega donde podemos llenarnos de emociones negativas o positivas. De que llenar el corazón es decisión es de cada uno.

Aun los que no nacen completos, tienen todas las herramientas para sobresalir en la vida o para hundirse en ella.

Cada uno decide y, las decisiones son una responsabilidad propia, creo que por eso no hay culpables por la felicidad o infelicidad.

Imagina que dios te da un vehículo. Tiene todo y lo mismo que los demás vehículos. , tiene parabrisas, limpia parabrisas, motor, luces llantas, asientos, música, aire acondicionado, todo!

Y tú estas sentada al volante. Si hace frio pues prendes el calentón del auto, si en tu camino hay mucho polvo o agua pues echas andar el limpia parabrisas, si quieres escuchar música o radio pues aprietas un boto o giras una perilla. Si quieres ir a algún lugar solo lo conduces.

Eso se ve fácil y así es. Pero a veces no sucede así.

Le echamos la culpa al mundo, al auto y a todo lo que sea posible, pero no nos detenemos a pensar en la capacidad del conductor.

Ese soy yo; un tonto que tenia frio y en lugar de poner el clima en caliente, lo que hacía era que le ponía mas frio, si hacía calor pues hacia lo mismo, le subía al calor. Como cuando alguien peleaba conmigo, yo le respondía con mas pelea. Así, en lugar de solucionar el problema, lo hacía mas grande.

A veces el parabrisas se llenaba de cochinero y no podía ver y me quejaba de que no podía ver y chocaba y seguía quejándome, pero tonto de mí, no giraba la palanquita o la movía para hacer funcionar el limpia parabrisas, solo pegaba de gritos, protestaba y algunas veces llegue hasta a blasfemar.

Por la vida fui escuchando música, pos digamos por ejemplo, regeton, guacala de pollo! Esa música no me gusta, esa música esta re fea. Es muy simple la solución, quita ese disco o cámbiale de estación, así eran los consejos que me daban, pero yo montado en mi macho no quería hacerlo o no sabía cómo hacerlo o peor aún, no sabía que en mi auto solo yo podía hacer los cambios.

Aún más! A veces mi auto iba lento y otras veces muy rápido. Me detuvieron, me infraccionaron, tuve que pagar mordidas, a veces estuvieron a a punto de quitarme el auto o sea mi vida y todo por no conducir como es correcto, tal como se debe manejar de forma segura. Mi forma de conducir era la del típico desafiante.


En la vida, el conductor soy yo y el auto son: mi cuerpo, mi mente, y mi espíritu. El cuerpo pos es la carrocería del auto y pos ya la traigo media dañada de tantos golpes que le di tratando de conducir sin saber hacerlo. De la mente pos no se qué parte sea del auto pos pior, tanto alcohol, tantas drogas y pos dicen que solo me quedaron dos neuronas: la loca y la pendeja, ahorita no se con cuál de ellas estoy escribiendo. De mi espíritu…tengo la esperanza del perdón, hice mucho daño en el camino, tanto daño que hasta te alcance a dar tus golpes emocionales a ti. Pero aquí estoy, tratando con un curita y salivita, de aliviar algo de tu dolor.


Cuando se quiere, los dolores ajenos también nos duelen, no podemos quitarlos pero a veces un abrazo o en este caso, unas palabras, sirven de algo.

Yo no puedo devolverte la felicidad que crees que no tienes, pues la felicidad no la has perdido, solo no la encuentras, solo no sabes que tu eres el conductor de tu vida y que aun con todo el sufrimiento del mundo hay quienes se han levantado y le siguen sonriendo a la vida; LA FELICIDAD ESTA DENTRO DE TI, TU LA CREAS.

Aliviánate, deja de hacerte la víctima, para de sufrir -me decían- y yo no entendía.

 Aun recuerdo  la técnica de mi madre cuando andaba de chaman. Se iba al mercado, compraba unas yerbas frescas y olorosas llamadas albacar, huevos de gallina de rancho y animo! Agárrense. Se ponía alcohol en la boca y nos rociaba con el en el cuerpo mientras oraba y nos iba golpeando con las olorosas ramas. Las pasaba por la espalda, por los brazos, la cabeza, todo el cuerpo y de vez en ves se llevaba el frasco de alcohol a la boca, la llenaba y nos volvía rociar.
Sal de ahí cobarde!
Sal de ahí cobarde!

Era como si llamara al ser dentro de nosotros a enfrentarse a la vida, a no enfermarse, a echarle para adelante.
Sal de ahí cobarde!

Después nos iba pasando el huevo de gallina por todo el cuerpo, ese servía –a según- para recoger los males de ojo, la mala vibra, la enfermedad. Al final lo rompía y lo dejaba caer dentro de un vaso con agua, buscaba manchas o señales de algo raro y nos decía que la enfermedad ya había salido.  Las ramas usadas en la limpia se tiraban en algún cruce de camino para que no hicieran daño a nadie.
Esto que te cuento, es como para que veas el mundo de ideas que tenemos cada uno y que un padre o una madre hacen lo que sea con tal de ver bien a sus hijos.

Hoy me gustaría que esa señora me diera una mi rameada y que me pegara fuerte y me dijera:

Sal de ahí cobarde! Sal de ahí cobarde!


O que te la de a ti y que te diga:
Sal de ahí cobarde! Sal de ahí cobarde!

Aunque sea para que te rías y sientas ese cariño que hoy extraño de ella, que aun con todo, era lo mejor que yo tenía y no supe valorar o para que salgas de ese hoyo donde estas, ese hoyo existencial o emocional que te hace sufrir, que te hace creer que la falta física mía es la causa de tu sufrimiento.

Tienes todo para hacerla en la vida, tienes tele a colores, internet, teléfono, papel sanitario, agua en tu casa, auto, casa comida y una mama que te quiere.

Eres un ser con todas  y las mismas oportunidades que los demás para ser feliz. Evítate todo el sufrimiento que yo tuve que pasar a causa de mi ceguera. A causa de mi soberbia.

Las razones por las que me fui son muchas, pero como sea, se que fue lo mejor que pude haber hecho, de quedarme, tal vez te hubiera hecho más daño a causa de mi alcoholismo.

Yo tenía a mi padre al lado. A veces me le acercaba y le preguntaba si me quería y como respuesta, me daba una patada o me decía que no estuviera chingando. Tal vez era su forma de expresarse, tal vez el no sabía cómo decirnos que nos quería, lo que si estoy cierto es de que nunca nos falto nada y que siempre estuvo trabajando para dárnoslo todo. El éxito o fracaso no dependía de mis padres, dependía de cada uno pues hoy puedo ver a mis hermanos como unos profesionistas exitosos y con unas familias que igual que todas, tienen sus fiestas y sus problemas, sus lagrimas y sus risas; eso es la vida.

Yo no estoy junto a ti pero desde aquí te digo que te amo, que eres lo más importante en mi vida, que daría la vida misma si con ello pudiera darte la calma espiritual que necesitas.

Tal vez no sepa cómo hacerle para que tu estés bien, por eso no te digo como le hagas, solo te comparto mi experiencia, igual y de algo te sirva mi cochino ejemplo.

Te pido perdón por no estar a tu lado, por todos los abrazos, besos y cachetadas que no te he dado a causa de mi ausencia física.

Te agradezco la sinceridad de tus palabras y el que lo publicaras en el face, aunque esto no sirve nada más que para exhibir los problemas familiares y la calidad de persona que soy, gracias también por eso.

Sé que no soy buenito, solo soy lo que soy.

También te invito a que pienses en lo que se me ocurrió del auto, como metáfora para hablar de mi incapacidad de gobernarme a mí mismo. Ojala y tú puedas verte como conductora de tu vida y que seas una buena conductora para que un día enseñes a tus hijos a conducirse. Día que no está muy lejano, día en que me harás abuelo y entonces si les hare sus limpias con albacar y huevo a mis nietos.
Así mero para quitarles el mal de ojo para decirles que los quiero mientras los roció con alcohol y baba,  les doy sus ramazos y les digo:
sal de ahí cobarde! Sal de ahí cobarde! Enfréntate a la vida, agradécele a dios por lo más preciado que tienes: la vida.

En este carta o escrito o lo que sea, también pido perdón a mis padres por exigirles más de lo que podían darme y perdón sobre todo por no agradecerles todo y tanto que me dieron.

Solo por hoy aquí y ahora.

Jorge castellanos torres, el que aun sigue siendo un aprendiz de la vida.

Los autos siguen pasando por la pista, el sol ya esta alto y yo tengo sueño a causa de levantarme tan temprano.


Te quiero rana, si así quieres seguir pos así también te quiero.  Ha! Y felicidades porque ya fuiste aceptada en la prepa.

miércoles, 18 de junio de 2014

Hoy no voy hablar de eso



17 de junio del 2014
11:46 pm.


Aguitado!
Sintiendo algo que me deprime, que me hace sentir el peso del gris de esta fría tarde.

Por eso recurro a estas teclas, cómplices de mi llamada escritura catártica, cómplices y testigos de la fuerza con que las golpeo, mientras mi ser sigue ahí tratando de quitarse esas gafas que oscurecen mi visión clara y brillante de la vida.

La felicidad siempre viene acompañada de algo de infelicidad pues no se puede tener todo en la vida.

Hoy respondo con sentimientos y palabras sin control a aquellos que se atreven a opinar sobre mi vida cuando muy claro tengo que jamás permitirían que yo opinara sobre la suya.

Ni modos, ya lo hice y si esto me trae consecuencias, las afrontare pues algunas veces no todos entienden mis respuestas a su falta de respeto.

“ yo soy del culto cristiano, vos sos del culto judío, si yo no te toco el culto, porque me tocas el mío”

Amén de otras cosas con las que me contamino. La polémica en el grupo de artesanos es inevitable, así somos. Todos creemos tener la solución y correcta respuesta a todas las cosas de la vida de los demás, pero la vida propia no la arreglamos.

La historia de las dos cubetas de cangrejos, una japonesa con tapadera y la mexicana sin tapadera, sería un ejemplo claro de la actitud de algunos pocos en el grupo de Artesanos, viajeros y gente creativa.

Cero política, cero, polémica y cero compartimientos que nada tengan que ver con la naturaleza del grupo.

Difícil que esto se cumpla, siempre estamos como administradores eliminando fotos y comentarios gachos, a veces bloqueando a miembros que se aferran a usar el grupo como muro para sus publicidades abusivas.

Un mal de internet son los inevitables spam que algunos se dedican a pegar en cualquier grupo. Así es esto, se cuelan y sin ningún respeto a nadie, pos solo llegan y dejan su basura que ocupa espacio y que ensucia un área que algunos queremos ver limpia de ellos.

Artesanos mochileros que suben fotos de sus chambas, como alguna pulserita de la que se sienten orgullosos de elaborar a mano, son avasallados por los grandes chacalones que usan los tantos trucos posibles para bajonearlos para suprimirlos.

Joyeros profesionales compitiendo en la venta con sus grandes y profesionales obras contra los que apenas comienzan hacer ser primeros pininos en esto del montaje de piedras o en la soldadura de plata.

Se pierde un poco el espacio que fue hecho para la banda mochilera, para los viajeros desadaptados o antisociales para los cuales se creó este espacio; yo soy uno de ellos. Se pierde la oportunidad de lograr alguna venta por internet.


Así somos, el que tiene más saliva traga más pinole.

Deje la escritura y el agüite por un rato y me puse a buscar un número de teléfono entre las muchas tarjetas que guardo. No lo encontré pero termine por echar a la basura muchos papeles que tenia guardados y que creo ya no son necesarios. Al final, la persona de la cual buscaba su número, me hablo por teléfono y me dio el número de cuenta que necesito para poder depositarle mañana algo de lo que le debo.

Ando presionado económicamente pero aun con todo debo mantenerme firme y seguir adelante.

Antes de recomenzar la escritura, recibí un mensaje en el cel. Un “hola” con una carita. Pensé que estaba castigado, que ya no me hablaría. Le conteste con tres diferentes mensajes pero no llega ni siquiera un acuse de recibo.

Ni modo así es esto.

Ya pasan de las diez de la noche, me gruñe la tripa y pos intentare calmarla aunque sea con un té. Esto de no beber alcohol me da un hambre.

Por un momento el silencio de la noche hace que se alejen los gritos de mi mente, esos que vienen de alguna parte donde mi soberbia tiene sus dominios.

Intentare relajarme y solo irme a dormir cuando mi mente y mi corazón ya estén más tranquilos, bueno, más bien después de que me tome este té caliente.

Las mujeres duermen. Ellas hicieron todo por atender de la mejor manera a la visita.

Hoy se fueron Omar, Edith y Julio. Llegaron ayer en la noche. Andan por estos rumbos intentando vender su mercancía. Los encuentros en los cruces de los caminos son agradables y nos toco regresar la copa.

La vida da muchas vueltas, siempre ha sido así. Las cosas cambian para que tengamos que contarnos, para tener un pretexto y abrir la boca por donde salen las palabras.

Me quedo con los sentimientos, me quedo con los buenos recuerdos y me quedo a gusto de la vida que como familia tenemos.

Nada que envidiar, nada que presumir, solo somos unos que día con día intentamos estar bien, mientras esperamos que llegue la Jade. Más bien ya está aquí solo no ha salido de su huevo.

Ando cansado, pero aun no quiero irme acostar.
Me duele la espalda, tiene mucho que las dolencias son más constantes en mi. Que la edad me dice que ya no es lo mismo.

Sigo esperando que suene el cel, pero igual hace mucho tiempo me quede esperando y la cita no se cumplió.

He buscado alguna forma de que mis pensamientos me lleven a encontrar alguna manera amena o algún personaje en el cual disque ocultar mis palabras pero el perrito sin dueño se sigue recargando en mis piernas, como si me acariciara, como si me dijera que estamos unidos para toda la vida o tal vez mas allá de la vida.

La musa o la inspiración no se dejan atrapar tan fácilmente. La fiebre no llega a mis dedos ni a mi mente y el golpeteo sobre el teclado es tranquilo y monótono.

Los corresponsales de guerra, desean las guerras pues es su trabajo narrarlas, la paz, es el quiebre de su negocio, igual que yo, estoy quebrado en mi producción de montones de estúpidas palabras con las cuales intento formar historias que carecen de hilaridad.

Podría hablar de los juegos de futbol que traen a tantos atrapados en la televisión, mientras los políticos aprovechan para aprobar leyes que legalizan sus robos a una nación que un día se distinguió por su sangre zapatista.

No, hoy no hablare de eso, ni correré con la turba cuando la estampida estalle y se haga justicia.

Tampoco hablare de la violencia del México de hoy, ni de los policías que so pretexto de acabar con la delincuencia, van parando al que sea en las calles para robarles lo poco que llevaban a sus casas.

Chíngate México y chíngate mexicano! te lo mereces por agachón. Porque solo compartes en las redes pero de ahí no pasas, igual que yo.
Chíngome yo!

Roben hijos de su madre! sigan robando y cuando el pueblo comparta su desacuerdo contra el sistema, saturen las redes con temas religiosos y espirituales, para eso tiene tantos hakers a su servicio. Confundan a mi pueblo para que no piense, para que no decida para que crea que dios los va a venir a salvar como salvo a los judíos, como salvo a los indios originarios de estas tierras.

Denles mas drogas, como los ingleses hicieron con los chinos…
Pero hoy no hablare de eso.

Tampoco hablare de lo deteriorado que tenemos nuestro mundo, ni de las especies animales que nadie defiende, ni de la crueldad de los seres humanos.

No ¡
Hoy no hay nada que hablar, solo estoy haciendo tiempo en lo que me acabo mi té y me voy a dormir.

Ya me lo acabe.

Buenas noches dios! Descansa donde quiera que estés y disculpa que te hemos usado como pretexto para tanta guerra, para tanto saqueo, para tanta destrucción, para tanta muerte.


Qué bueno que nunca nos haces caso en todo lo que te pedimos, pero por aquello de las moscas, acuérdate que compre el Melate, revancha y revanchita.

Cochino perro mitotero



Miércoles 11 de junio del 2014
9:59 pm.

La luna y las luces de los autos las acompañan. Vienen por la pista, a paso lento, fueron a caminar a dejar que sus pensamientos y su sangre fluyan, están vivas! Verlas regresar a casa ahuyenta mis miedos, mis generes gachos.

Regrese cansado del intento de pesca; sin pescados, con la espalda y las piernas adoloridas por el peso de la mochila y la caminada.

Hoy fue uno de esos días en que las cosas fluyen lejos de mi control, pero quién soy yo?

Llegar con la cara caliente, comer las tortas que quedaron del lonche y dormir.

Los sueños no son agradables cuando se duerme lleno, cansado y se duerme en el día.

Cuando desperté ellas ya iban de salida a su caminada. Prepare mi agua y la ropa limpia. Necesitaba urgentemente levantar la energía, un baño sería lo ideal.
Pero…
Pinches peros, la mediocridad de una sociedad en decadencia  me escupiría la cara. Es evolución! diría un conocido y reconocido doctor en ciencias de la UABC.

Desde la ventana vi a un conocido y a dos más, arponeándose las venas, en pleno camino, a la orilla de la carretera. Quería escapar de esa escena, negarle a mis ojitos míos de mi el derecho a ver la realidad y seguirme ocultando en esta trinchera a la que llamo, “la cueva del ermitaño urbano”.

No podía, no pude. Estaban en el camino de ellas y mi mente me ponía imágenes gachas, mientras mi espíritu invisible tomaba una filosa navaja y los enfrentaba por agredirlas. Nunca paso, solo son las sobras invisibles de mi mentecita loca que me ataron a una escena que sucede todos los días, todas las horas en muchas venas que se envenenan con las sustancias que ya han nublado alguna y muchas veces antes, los pensamientos míos. Tal vez por eso quede así, todo paranoico, todo pendejo.

De alguna manera los justifique; se fugan, buscan sensaciones que tal vez no pueden tocar de manera natural. Hoy y después de muchos años de uso, siguen atrapados y “la cura” ya no alcanza para agarrar viaje, solo es eso: una cura momentánea que mitiga “la malilla”, los malestares gachos provocados por el síndrome del abstencionismo.

Por fin se fueron y me pude despegar de la ventana y de mis miedos.

Adentro del baño intente que con el agua sucia se fueran el cansancio, la energía negativa y toda esa pesadez que a veces la vida me hace sentir.

Aunque no hace frio, calenté una cubeta de agua, la medie de manera tal, que quedara más caliente de lo que normalmente uso.

Sentí como si esa agua y ese calor sustituyeran el abrazo que mi ser necesitaba, sentí como si dios estuviera conmigo, sentí la magia comenzar.
Se me humedecen los ojos al recordar.

Tengo un angelito que viene cuando mi energía anda baja, cuando quiero dar marcha atrás a lo avanzado, cuando dejo de valorar lo que hoy tengo.

La magia comenzó en el baño.

Vino solo, regreso.

Cada que término de bañarme balanceo la mitad de mi cuerpo con fuerza, hacia adelante y hacia atrás para que con ello se seque un poco mi pelo. En el ultimo balanceo quede con el rostro inclinado, mi largo pelo escurría pequeñas gotas de agua, podía verlas formándose en sus puntas. Imagine gotas de agua formándose en las nubes y luego cayendo igual como las que caían al piso del baño, entonces mi lluvia se lleno de luz y calor y lo sentí a él, rozando su pelambrera en mi pierna.

Perrito sin dueño! Amigo fiel, compañero de viaje, otra vez juntos, otra vez aquí.

No hubo preguntas, solo compañía, esa compañía que he agradecido desde hace muchos años.

Las cosas comenzaron a perder esa opacidad que trae la depresión, un brillo de vida ilumino nuevamente las imágenes que entran por mis ojitos míos de mi.

Salimos del baño y entramos a la recamara-taller. El conoce muchas o todas las herramientas, mesas y tablas, la forma en que organizo esta arrea de trabajo y descanso. Todo junto pero no revuelto. Fue olfateando cada cosa nueva, cada rincón, hasta encontrar su propio olor, hasta sentirse en casa.

Busque una camisa que ponerme y encontré una color amarillo, no la reconocí pero estaba entre las mías. Recordé que hace días Sonia me dijo que me había comprado unas camisetas. La revise y me gusto ese tono amarillo mostaza, incluso sonreí cuando vi el estampado de algún personaje que tiene una moja en la cabeza, no sé si sea el color, el estampado o que sea pero me gusto.

Tome el talco para los pies y fui a sentar al colchón, en el mismo lugar donde siempre me siento a secarme los pies. El se echo a mi lado. Mirándome, tal vez diciéndome con su mirada que a pesar de pregonar lo diferente de mi vida, esta es toda llena de rutinas y rituales.

De una orilla de la cama, tome mi pedazo de cartón que tanto peleo cuando no lo encuentro. Con el eche aire a mis pies y también al rostro de ese perro negro que pareció sonreír como si fuera algún amigo del pasado que ya no está aquí, de esos que me esperan del otro lado del rio cuyo barquero algunos creen que pide unas monedas por el servicio.

Imagine escuchar a Marley cantando en español, diciendo que todo va a estar bien, vamos levántate!

Deje la música encendida, como si temiera que la alegría se fuera. Me sentí estrenado a pesar de que la camisa es de segunda mano. Me sentí en día domingo y listo para salir a pasear.

Deje la puerta sin llave y salimos rumbo al puerto. Nadie lo ve pero va conmigo, vamos juntos caminando por la solitaria calle, mientras la gran luna nos pega con su luz por la espalda.

Te regalo la luna!

Es tuya, disfrútala, está llena. Es toda su blanca luz para tu vida, para tu ser.

Palabras que no escuche pero que estaban dentro de mí.
Como contraste unas nubes rojas lejanas parecen alejarse con este ciclo de sol que ya se oculto hace minutos.

Pasamos frente a la capilla que me recuerda que hay dios al cual agradecerle por todo: por lo bueno y por lo malo, por lo que me gusta y por lo que no me gusta, por el día y por la noche, por la vida y por la muerte, por los buenos juicios y por esta bella locura que aun me mantiene aquí creyendo en El.

Llegamos a la licor de Don pisto, tome una coca grande para doña Susy y unos cigarros para mí, no supe que comprarle a Sonia, no se me ocurrió nada.

Regresamos y nos quedamos un rato en ese espacio que divide los dos sentidos de la pista. Mirando para ambos lados. Ya está oscuro y ellas tres no regresan de su caminata.

Lo vi irse por la orilla de la carretera, lo vi alejarse en dirección a Primo Tapia, iba corriendo. Seguí caminando con dirección a la casa. Entre, instale este improvisado lugar donde las conexiones de energía y la luz me permiten crear este ambiente de calor. De vez en vez mis ojos se asoman a la ventana buscando llenar ese camino con sus imágenes de regreso.

En la tercera ocasión las vi iluminadas por la luz de una lámpara de la calle. Junto a ellas y correteando alegre un perro negro sin dueño. Las fue a encontrar, las fue a cuidar.

Ahora estoy aquí, escribiendo. Con la energía alta, con más ánimos a la vida, con ganas de volver ir mañana e intentar recibir algún regalo de dios en mis anzuelos.

También toy nojado, pero solo un poquito, ese cochino perro negro, sin dueño y mitotero ya no está aquí a mi lado, esta allá, bajo la mesa del comedor, juegando con la Jade, con la angelita que dios nos mando para cuidarla y apoyarla en la vida. Aun no nace, por eso ella si puede ver al perrito.

Toy nojado pero al mismo tiempo contento y sonrió, pues dios es amoroso y me dio una segunda oportunidad y una nueva familia para que aprenda lo que no he aprendido bien: a ser positivo y amar.

Solo por hoy aprendiendo a vivir. Con un perrito sin dueño que hoy está aquí y parece que no se irá pues ha venido a la fiesta de bienvenida de Jade.
Gracias jefito por tanta magia.