Manzanillo, Colima a miercoles 25 de enero del 2012.
Suites Saragozana. Habitación 2
Ya pasa la media noche, la raza aun esta despierta, algunos ya duermen. Alguien esta en la cocina, apenas van a cenar.
La mayoría en el hospedaje son raza y compas del
“cuarto encuentro nacional de artesanos, manzanillo 2012”
Este viaje es en grupo, se convive en grupo para amortiguar los gastos y para acompañarse.
Estoy viviendo una nueva experiencia. Estoy conviviendo en grupo y el aprendizaje es a aprender hacerlo, hacerlo bien.
Que es hacerlo bien? Cada uno es un líder, un maestro en lo suyo y en el arte de vivir.
Difícil ¡
El aprendizaje es personal y sobre si mismo.
Estoy tratando de tratar de poner atención en mi.
Me veo. Veo mis emociones y mis pensamientos. A veces se cargan en positivo, a veces en negativo.
Me monitoreo en todo lo posible, la mayor parte del tiempo me pierdo. Me pierdo en el afuera, dejo de ver hacia adentro.
Quiero hablar de mi adentro, de cómo nacen mis emociones, de cómo nacen mis pensamientos, de cómo los voy trascendiendo. De cómo puedo avanzar mas rápido, en el camino del equilibrio.
“Todos tenemos la razón. Todos tenemos la verdad. Todos creemos estar haciendo lo correcto. Los consejos que creo dar, son los consejos que yo dejo aplicarme. Lo que veo mal del universo, es lo que veo mal en mi”.
Yo soy el creador; yo decido: que pensar, que sentir,
Cada uno es único en algo, cada uno tiene “una compensación por su desbalance. cada desbalance, se puede transformar en una ventaja.
Veo mi tolerancia y mi intolerancia.
Veo mi inteligencia y mi pendejismo.
Veo mi ser bueno y mi ser malo.
Veo, que mis emociones se mueven, que me es difícil aceptar a las personas, me es difícil aceptarme yo.
¿Dónde están los conocimientos? No se, no había manual de vida,
Veo mi vida de solitario, de mis viajes solitarios y son muy diferentes los viajes y el viaje.
Se escucha una cadena muy delgada golpeando una lámpara de cristal. A veces agarra un ritmo, como si estuviera tocando una melodía, cambia de ritmo y de tiempos, el sonido es bueno.
En el techo de la sala, hay un ventilador con cuatro focos de bombilla. Los cuatro focos tienen un interruptor de corriente, el cual funciona jalando una cadena de bolitas metalicas que cuelga golpeando a una de las lámparas.
Ese ruido es mas castroso que una gota de agua y que el tic tac de algún reloj. Este sonido tiene varios tiempos que no logro contar porque no tengo oído musical.
Intento contar y varia, llega a doce , sigue a seis, a tres , a ocho, parece no tener una constantes, de pronto se calla. Y vuelve a empezar, los giros del ventilador producen movimientos, los movimientos hacen que cadena y lámpara se golpeen.
Ya todos están acostados, solo yo sigo en la sala. Me siento bien, he nadado, he cenado chido, he vendido chido, he pintado chido, me he dado cuenta que hay partes en mi que debo trabajar.
Lo que no me gusta de los demás, es lo que soy, cada persona es una oportunidad de conocerme, nadie es mi enemigo, cada uno es un diferente reflejo de mi mismo. Lo que veo en los demás, solo es un reflejo mio que no he aceptado.
“…ningún hombre es mi enemigo, mis propias manos me aprisionan…”
Esta gruesa la escuela del desaprender. No es nada fácil cambiar el enfoque. Cambiar, en como ver los hechos de la vida , desde otra manera.
Ya no hay tiempo y sin embargo tengo todo en tiempo del infinito.
La oportunidad es única, tal vez hasta es la primera vez en que, estar viendo al mundo, es estar viéndome a mi.
Tal vez sea la ultima…tal vez…como sea. Hoy estoy aquí y me doy cuenta que puedo abrir mas, los ojos de la conciencia.
Hace días, sentí como mi cuerpo se movio por ley de inercia, sentí algo parecido a ir en una panga y frenarse de golpe en la playa, algo parecido a cuando el autobús se detiene en las terminales, por que se golpea con algún muro que sirve de tope en los aparcaderos.
“…donde te agarro el temblor…”
Se sintió como si dos capas de tierra se hubieran golpeado muy fuerte.
Me vi asustado, vi a todos asustados, en mi mente vi las imágenes de la destrucción, de casa caídas y el polvo que se produce,
sentí miedo a morir.
Vi como el susto paso.
Vi a hijo de su Slim’a madre, ganar un chingo de lana.
Gente con telefonos llamando a sus seres, seres con miedos.
Yo sentado en esa esquina del estacionamiento, sentado en el pasto, con el culo en la mano, esperando de pronto que alguna ola se asomara por arriba de las lonas. Las olas gigantes de mis miedos a todo lo que daba.
Vi rostros con miedo, seres con las espaldas encorvadas, como si temieran que del cielo les cayera una piedra, como si estuvieran hechos bolita, protegiéndose del de alla arriba.
Por un instante evalore la vida y tire a un lado mi mascara de margarito, le puse una sonrisa tratando al menos de tratar, de creer, que la vida es una oportunidad de estar bien, de sonreir, de disfrutar el ser los dueños de las decisiones que tomamos para mover nuestras emociones.
Yo soy el conductor de mi mismo, de el como me siento adentro. El que detiene las riendas de mi corazón, de mi ser.
Bendito universo del cual soy testigo, parte, complice, juez y verdugo. Todo.
“…Hoy sigo caminando hasta el dia de mi muerte…”
Al final no paso nada.
Al final la gente se acordó del volcán de colima y vendi muchas pinturas con volcanes.
Se puso de moda.
Yo como soy desconfiado natural, me quede pensando por un rato y llegue a la conclusión de que ese temblor lo provoco el gobierno, para desviar nuestra atención y que nos olvidemos del caso Kalimba.
O tal vez…no, mejor no digo nada, no sea que le atine y me desparezcan y luego me aparezcan por partes.
Ya ven cuantas cabezas no aparecen por ahí, ni modo que algunas no sean de las que tira el gobierno para desaparecer a sus muertos.
Mira mira!
Ni que no los conociéramos, si son los mismos.
Los policías no encuentran a los delincuentes porque se andan buscando ellos mismos.
Asi estoy yo.
“…y no me puedo hallar…no me hallo…”
Mañana abrir mañana se abren los puestos de la expo a partir de las diez, asi es todos los días, se cierra a las diez y a veces hasta mas tarde. Yo comienzo tarde, ya por ahí de las dos o tres de la tarde. El sol esta fuerte y la pintura seca muy rápido, se pinta mejor de noche, que no sea muy noche por el sereno. La humedad también afecta la pintada.
Hay va, de poco a poco, sigo aprendiendo a pintar y a vivir conmigo mismo.
Los seres mágicos ahí están, nos están cuidando, un grupo grande, requiere de muchos angelitos porque se mueve mucha luz, se mueve mucha energía. A veces logro tocarlos, a veces los veo pasando cerca, los siento, los puedo ver.
Tengo sueño, estar en el ritmo de otros es mas cansado pero también es una gran alimentación al espíritu. Por hoy dormiré, sentiré el aroma de este mar que conozco, sentiré el fresco de la noche entrando por la ventana del balcon.
Me meteré en el saco de dormir y… tan tan ¡
miércoles, 25 de enero de 2012
domingo, 8 de enero de 2012
de que se trata?
Vegetar y vegetar, en eso se convierte la vida cuando las ilusiones parecen apagarse.
Prendio la maquina, una vez mas intentaba robarse algo, aclarar sus ideas, salir de aquella monotonia que lo estaba enfermando.
Una infección en la vias respiratorias parecia estar enamorada de él, se aferraba a no irse, se abrazaba a su ser y disfrutaba de los buenos tratos, de los chiqueos en que la envolvia aquel ser que raras veces se enfermaba.
Desayuno una rica barbacoa de chivo con granillo, las tortillas de maiz negro le recordaban el color de su piel. No termino las tres que le habian costado cinco pesos, eran muy grandes.
Se sirvio casi un litro de champurrado, otro tanto quedo en aquellas bolsas donde le habian servido los quince pesos que pidio.
Tomo otro pedazo de papel sanitario e intento sacar por su nariz aquella infeccion llamada gripa, que hacia que le diera un dolor frio desde el oido izquierdo, pasando por el ojo del mismo lado, hasta llegar a su nariz.
Una morbosa comezón acompañaba aquel dolor, una comezón que a veces se posaba en los ojos y le recorbaba la muerte de aquellos perros grises, aquellos que los coletos llamaban
Morir de infección en el cerebro? Seria bueno –se dijo- no es mala idea, tal vez seria lo mas justo del mundo. Que se manifestara en forma fisica el cochinero que su mente tantas veces habia incubado.
Hizo un repaso mental de los temas que podria tocar, intento recordar algún amor que le sirviera de musa, intento una vez más engañarse y engañar a la vida.
No habia nada. Nunca hubo nada. Nunca nadie se quedo.
Era tal el peso de su vida que nadie quiso compartir con el mas de unos días, mas de esos pequeños encuentros en que se conciben las verdaderas aventuras irrepetibles y peligrosas.
Cuando verdaderamente encontro respuesta a su corazón, sintio miedo, miedo hacer daño y mejor se fue- Siempre huyendo de todos y de si mismo.
Bajo su mano derecha y sin mirar supo donde buscar al lado de aquella silla donde estaba sentado.
Ahí estaba su fiel amigo.
El ser que nunca se habia ido aun cuando no estuvo algun tiempo. Tambien estaba “ella”sentada en la cama, mirando la televisión, fingiendo ser uan mujer mexicana de esas que ven telenovelas y se encargan de las labores del hogar, estaba fingiendo, estaba tratando de mostrale que podia ser todo lo que el quisiera con tal de curar esa herida del corazón, que desde su nacimiento habia siempre supurado lagrimas de incomprensión, de destiempo, de desamor, de “no aceptacion”, de rebeldia.
Los ojos de el fijos en la pantalla de la maquina, por un momento “ella” volteo a verlo. Su rostro quiso dejarse caer y llevar su mirada al suelo, pero en un esfuerzo mas, siguio altivo.
Levanto la barbilla y de algún lugar mágico trajo aquella sonrisa que siempre le ancantaba a el.
La mano derecha, rascaba aquella peluda cabeza, una cola negra se movia despacio, dando un acuse de recibo a las caricias ciegas del hombre a la maquina.
Nada, a su mente no venia nada, nada interesante o extraordinaria que lo motivara a la escritura febril, a el flujo de emociones a las que tanto se habia acostumbrado.
Las catarsis se le estaban negando, le habian sido vedadas por su propio ser. Los candados estaban puestos en su alma y no encontraba las llaves que el mismo habia ocultado.
Alargo la mano buscando el gran vaso donde tenia el champurrado. Ya casi se acababa el primer litro y apenas se dio cuenta de que habia una diferencia en el sabor. Si, la señora a la que compraba enlas noches tenia otro sazon, otro toque en el sabor.
Deposito el vaso y volvio a bajar la mano.
Renuncio a la idea de escribir, sabia que no se podia forzar a las musas, sabia que las musas nacen en el tiempo en que tiene que nacer. Las diosas que iluminan las ideas este dia no estaban.
Este dia como todos los de su vida, solo estaba su locura, su fiel compañera.
Recosto su espalda sobre la silla de su improvisada oficina en un hotel de paso, ni muy caro ni muy fino, ni muy de paso, ni muy familiar.
-Donde has estado? Como te sentiste ahora que estuviste con “la rarita”?
Las preguntas formuladas a “el perrito sin dueño”, se perdieron con los gritos de gol, de los locutores que narran algun partido por la caja idiota.
El rostro del perrito si dueño, por fin se levanta en direccion a su amigo solitario. Hace tres dias regreso de una larga estancia en que estuvo acompañando y sirviendo de consuelo a una amiga de viajes a la que llaman “la rarita”.
Pinche club de amigos raros, pinche club de ovejas negras, pinche club de locos, especiales para acabarla de chingar.
Los ojos se encontraron, se vieron y el lenguaje silencioso fluyo. No hubo respuestas, solo una comprension mutua, solo un amor que no cabe en seres normales.
Lagrimas, en los ojos de aquel viejo ermitaño urbano, aquel que aun a sus años se aferraba a, aprender a vivir y a desaprender lo vivido.
Aquel que estaba luchando desde hacia mucho tiempo por parar esa parte de su ser donde nacian los juicios.
“ un dia dejare de juzgar, ese dia es hoy”
Habia entendido que esa parte es la que mas daño le habia hecho a su vida, nadie lo habia jusgado tan fuerte, como el a si mismo.
Siguio fluyendo sus emociones, siguio llorando como un niño, siguio depositando sus lagrimas sobre aquella pelambrera negra que parecia entenderlo, que parecia decirle:
“llora ni niño, llora.
Llorar te hace bien, al llorar te liberas de las cargas,
"Llorar es la medicina del alma”.
Una mujer hermosa se acerco a aquellos dos seres, y tambien, fiel compañera deposito su amor y su mano sobre la cabeza de aquel enfermo del alma, de aquel que aun a sus años no podia por mamentos comprender, la belleza de la vida, el milagro de la misma.
Metido en el mundo de sus emociones, sintio como sus ansias, sus preguntas, sus insatisfacciones se fueron aplacando. Su ser por fin estaba logrando el equilibrio que necesitaba para poder disfrutar de este dia, solo por este dia intentaria sonreir a la vida y a los seres a su alrededor.
Mas tranquilo, abandono la silla y los deseos de escribir de triunfos y de exitos. Abrio la puerta de su habitacion y entro la luz, con ella entraron los muchos colores del jardin de aquel hotel.
La alegria de las flores de buganbilia color buganbilia y algunas en color rojo, las mandarinas amarillas llenando las ramas verdes de un joven arbol, las flores prometedoras de aguacate y una mariposa que termino por llevarse todos sus pesares.
-Definitivamente hoy es un buen dia ¡
levanto sus ojos al cielo y en silencio dio gracias a la creación, a su Dios y a la madre tierra.
Su amigo, el perrito sin dueño comenzo a correr a su alrededor mientas una bella mujer bailaba a su lado.
A veces no importa escribir, ni lo que se escribe, cuando de curar el alma se trata.
Prendio la maquina, una vez mas intentaba robarse algo, aclarar sus ideas, salir de aquella monotonia que lo estaba enfermando.
Una infección en la vias respiratorias parecia estar enamorada de él, se aferraba a no irse, se abrazaba a su ser y disfrutaba de los buenos tratos, de los chiqueos en que la envolvia aquel ser que raras veces se enfermaba.
Desayuno una rica barbacoa de chivo con granillo, las tortillas de maiz negro le recordaban el color de su piel. No termino las tres que le habian costado cinco pesos, eran muy grandes.
Se sirvio casi un litro de champurrado, otro tanto quedo en aquellas bolsas donde le habian servido los quince pesos que pidio.
Tomo otro pedazo de papel sanitario e intento sacar por su nariz aquella infeccion llamada gripa, que hacia que le diera un dolor frio desde el oido izquierdo, pasando por el ojo del mismo lado, hasta llegar a su nariz.
Una morbosa comezón acompañaba aquel dolor, una comezón que a veces se posaba en los ojos y le recorbaba la muerte de aquellos perros grises, aquellos que los coletos llamaban
Morir de infección en el cerebro? Seria bueno –se dijo- no es mala idea, tal vez seria lo mas justo del mundo. Que se manifestara en forma fisica el cochinero que su mente tantas veces habia incubado.
Hizo un repaso mental de los temas que podria tocar, intento recordar algún amor que le sirviera de musa, intento una vez más engañarse y engañar a la vida.
No habia nada. Nunca hubo nada. Nunca nadie se quedo.
Era tal el peso de su vida que nadie quiso compartir con el mas de unos días, mas de esos pequeños encuentros en que se conciben las verdaderas aventuras irrepetibles y peligrosas.
Cuando verdaderamente encontro respuesta a su corazón, sintio miedo, miedo hacer daño y mejor se fue- Siempre huyendo de todos y de si mismo.
Bajo su mano derecha y sin mirar supo donde buscar al lado de aquella silla donde estaba sentado.
Ahí estaba su fiel amigo.
El ser que nunca se habia ido aun cuando no estuvo algun tiempo. Tambien estaba “ella”sentada en la cama, mirando la televisión, fingiendo ser uan mujer mexicana de esas que ven telenovelas y se encargan de las labores del hogar, estaba fingiendo, estaba tratando de mostrale que podia ser todo lo que el quisiera con tal de curar esa herida del corazón, que desde su nacimiento habia siempre supurado lagrimas de incomprensión, de destiempo, de desamor, de “no aceptacion”, de rebeldia.
Los ojos de el fijos en la pantalla de la maquina, por un momento “ella” volteo a verlo. Su rostro quiso dejarse caer y llevar su mirada al suelo, pero en un esfuerzo mas, siguio altivo.
Levanto la barbilla y de algún lugar mágico trajo aquella sonrisa que siempre le ancantaba a el.
La mano derecha, rascaba aquella peluda cabeza, una cola negra se movia despacio, dando un acuse de recibo a las caricias ciegas del hombre a la maquina.
Nada, a su mente no venia nada, nada interesante o extraordinaria que lo motivara a la escritura febril, a el flujo de emociones a las que tanto se habia acostumbrado.
Las catarsis se le estaban negando, le habian sido vedadas por su propio ser. Los candados estaban puestos en su alma y no encontraba las llaves que el mismo habia ocultado.
Alargo la mano buscando el gran vaso donde tenia el champurrado. Ya casi se acababa el primer litro y apenas se dio cuenta de que habia una diferencia en el sabor. Si, la señora a la que compraba enlas noches tenia otro sazon, otro toque en el sabor.
Deposito el vaso y volvio a bajar la mano.
Renuncio a la idea de escribir, sabia que no se podia forzar a las musas, sabia que las musas nacen en el tiempo en que tiene que nacer. Las diosas que iluminan las ideas este dia no estaban.
Este dia como todos los de su vida, solo estaba su locura, su fiel compañera.
Recosto su espalda sobre la silla de su improvisada oficina en un hotel de paso, ni muy caro ni muy fino, ni muy de paso, ni muy familiar.
-Donde has estado? Como te sentiste ahora que estuviste con “la rarita”?
Las preguntas formuladas a “el perrito sin dueño”, se perdieron con los gritos de gol, de los locutores que narran algun partido por la caja idiota.
El rostro del perrito si dueño, por fin se levanta en direccion a su amigo solitario. Hace tres dias regreso de una larga estancia en que estuvo acompañando y sirviendo de consuelo a una amiga de viajes a la que llaman “la rarita”.
Pinche club de amigos raros, pinche club de ovejas negras, pinche club de locos, especiales para acabarla de chingar.
Los ojos se encontraron, se vieron y el lenguaje silencioso fluyo. No hubo respuestas, solo una comprension mutua, solo un amor que no cabe en seres normales.
Lagrimas, en los ojos de aquel viejo ermitaño urbano, aquel que aun a sus años se aferraba a, aprender a vivir y a desaprender lo vivido.
Aquel que estaba luchando desde hacia mucho tiempo por parar esa parte de su ser donde nacian los juicios.
“ un dia dejare de juzgar, ese dia es hoy”
Habia entendido que esa parte es la que mas daño le habia hecho a su vida, nadie lo habia jusgado tan fuerte, como el a si mismo.
Siguio fluyendo sus emociones, siguio llorando como un niño, siguio depositando sus lagrimas sobre aquella pelambrera negra que parecia entenderlo, que parecia decirle:
“llora ni niño, llora.
Llorar te hace bien, al llorar te liberas de las cargas,
"Llorar es la medicina del alma”.
Una mujer hermosa se acerco a aquellos dos seres, y tambien, fiel compañera deposito su amor y su mano sobre la cabeza de aquel enfermo del alma, de aquel que aun a sus años no podia por mamentos comprender, la belleza de la vida, el milagro de la misma.
Metido en el mundo de sus emociones, sintio como sus ansias, sus preguntas, sus insatisfacciones se fueron aplacando. Su ser por fin estaba logrando el equilibrio que necesitaba para poder disfrutar de este dia, solo por este dia intentaria sonreir a la vida y a los seres a su alrededor.
Mas tranquilo, abandono la silla y los deseos de escribir de triunfos y de exitos. Abrio la puerta de su habitacion y entro la luz, con ella entraron los muchos colores del jardin de aquel hotel.
La alegria de las flores de buganbilia color buganbilia y algunas en color rojo, las mandarinas amarillas llenando las ramas verdes de un joven arbol, las flores prometedoras de aguacate y una mariposa que termino por llevarse todos sus pesares.
-Definitivamente hoy es un buen dia ¡
levanto sus ojos al cielo y en silencio dio gracias a la creación, a su Dios y a la madre tierra.
Su amigo, el perrito sin dueño comenzo a correr a su alrededor mientas una bella mujer bailaba a su lado.
A veces no importa escribir, ni lo que se escribe, cuando de curar el alma se trata.
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