Abrir los
ojos y olvidar dar gracias.
En la mente;
la lucha por recuperar lo físico de ese mundo mágico llamado sueño.
En hora de
levantarse. Caminar en este espacio tan conocido, tan diariamente visto. En este
espacio, que con una puerta, separa el
mundo de mi mundo.
Soy dueño de
mi tiempo, aunque mayormente El decide el camino. Uno nunca sabe cuando ni
donde.
El cielo
siempre gris, el color de las nubes, el color de la brisa, el color de la
neblina.
Casi siempre
amanece alguna de ellas, algunas veces el azul intenso se deja ver en toda su
magnitud. Atrás de ese gris, como si estuviera cuidado tras una engañosa trampa
triste y gris.
Nubes,
brisa, neblina, aquí aprendi a disfrutarlas.
Aquí aprendi
que el color gris es el mas triste de todos los colores, aquí aprendi a ponerle
unos toques de naranja, a ponerle algo de alegría, a sentir el calor de ese
color dentro de mi ser.
Por la
pequeña ventana del baño, checo la luz del dia, siento el clima y recuerdo
ponerme la chamarra.
Hoy es dia de
pesca, dia de ir a el faro Beach. Dia de ir a la bocana del estero. Dia de
seguir pensando en ese momento en que se prenda uno grande, en “el tiro” que
hay que aventarse, en el momento de luchar por sacarlo, de poner en practica
todo para que no reviente la piola, para que no se atore en la piedras.
Un lenguado
de 10 kilos ¡
Siempre voy
por el de 10 kilos.
Voy por el
que me de el jefe. Son para comer.
Algo dentro de mi, me hace mirar el mundo
desde arriba. Algo me dice que debo cuidar las riquezas de todos, aunque algún dia
alguien las administrara y entonces será síntoma de que ya no hay.
Acabamos con
los arboles, con los animales, con todo.
Me gusta ir
a pescar, se que ahí me alimento en todos los sentidos.
Ir a pescar
es mas que ir a agarrar pescados.
Ir a pescar
es acercarse al gran océano.
Es acercarse
a algo muy muy grande y que se puede tocar, como el universo.
Todo lejos
de las cosas humanas, lo mas natural posible.
Cada uno
lleva una mochila en la espalda, yo llevo la mia, con el equipo de pesca,
dentro de una especie de porta palos de golf, llevo las tres cañas y un.
improvisado pero muy resistente gancho. El gancho es un anzuelo grande para tiburón
y un palo de escoba de origen chino que resulto ser bambu forado,
Ching Wong ¡
Las calles están
solas, la vida inicia a las nueve de la mañana, es el horario comercial. Es el centro de Ensenada. Miramar y Juarez.
Los micros rojos y amarillos están en ese cruce, los Vigia y Brisa están
a menos de una cuadra.
Tomamos un
viejo micro rojo, que cobra 10 pesos, es
el transporte mas caro de mexico. Algo anda mal como para que roben tanto, algo
están haciendo mal que no les alcanza con las tarifas bajas que hay en otras
ciudades, donde las rutas son mas largas y los buses son al mas nuevos.
Que importa
que estén todos rayados, quien no ha escrito en el muro de alguien, al menos en
su face.
Ahí vamos
camino a Chapultepec. Recargo la cabeza hacia tras, mientras bajo mi espalda y
subo las rodillas en el asiento de adelante. Aun puedo dormir un rato. Observo otro monumento a “tata Lazaro” , le sigue uno
a Juarez, hace falta alguno o varios monumentos en esta larga “transpeninsular.
Hay mucho “jijo de la chingada” en el gobierno.
Sigo aventando
piedras y tratando de olvidar que un dia fui un hijo…de Dios. Sigo mirando la
paja ajena. El mundo es un gran espejo en donde me puedo ver, tal cual soy.
A veces voy
como “entresueño”, sentado en aquel asiento de hasta atrás, rebotando, intentando
conservar el equilibrio. En la paradas abro los ojos veo la UABC, veo colores
amarillo y verde. Ahí se esta cocinando el futuro. Me da gusto, me siento parte
de eso.
El camino es
largo, Ensenada es una ciudad que sigue creciendo, tratando de alcanzar la
carretera que la cruza.
Sigue la
unidad de gobierno y el Cipres. En el Cipres están los guachos.
Los contaminaron,
ya se pasan de lanzas, ya se les acabo esa humildad y ese don de gente que tenían.
Mexico, te
estas cayendo a pedazos, como si un bicho te comiera todo, es tiempo de mudar,
es tiempo de sacudirse todo y salir adelante. En cada uno comienza un interés cada
vez mas fuerte hacia lo chido, hacia el respeto; al menos de las leyes, sin
importar si son buenas o son malas, de eso luego hablamos.
Fuera mascaras
¡
Para empezar
les pagas con tus impuestos, viven de ti, de todos.
Ellos manejan
el dinero que pagas porque en un papel diga tu nombre, porque diga que existes,
pagas por todo, pagas por vivir, pagas por morir. Porque te entierren igual que
a los otros. No te escapas, no te dejan
enterrar en otros lados.
Pagas por
enojarte, cada que ves el descaro, el minimo respeto a las reglas de juego, la
gran competencia entre lo peor de lo peor.
Son tiempo
de elegir. Las ratas se están acomodando, la mayoría solo cambia de oficina. Ya
vendieron todo el petróleo, ya regalaron todo a sus amigos, a sus familias. Siempre
están buscando como mantenernos la mente tonta…muchas veces lo logran.
Tiene dos
televisoras a su servicio.
Sigue habiendo
muchas necesidades, también muchas balas, mucho dinero se gana o se pierde fácilmente.
En ensenada,
ya no hay aeropuerto, los guachos se lo agandallaron.
Es tierra de mexico, es de los mexicanos, que
no se les olvide.
Me pongo a
pensar mal y me pregunto:
Cuantos generales
hay en las cárceles por estar en esos rollos no muy chidos?
El bus se
detiene mas alla de la gran barda dentro de la cual esta la pista de
aterrizaje. El chofer tiene que pasar una tarjeta en un reloj que seguro atrapa
sus sueños convirtiéndolos en pequeñas y ruidosas agujas y dentro, muy dentro:
unos engranes que giran y giran, moviendo números que se entintaran y darán la hora
y los minutos sobre una tarjeta cuya respuesta esta en el pie derecho del
chofer.
Por fin
entramos a Chapultepec, por lo general, algunos estudiante y nosotros somos los
últimos.
Nos bajamos
para caminar hasta llegar a …los sonidos de los pajaros, muchos cantos de aves,
algunas tuzas corren al vernos, se meten a hoyos en la tierra y asoman sus
cabezas.
Algunos caballos
están ahí. Caballos que ya no cargan turistas, ya tiene rato que esto dejo de
ser un lugar de turismo.los hoteles siguen ahí,
Los caballos,
los sonidos de las aves, las tuzas, el olor a mar, los colores en las muchas
flores, los colores en el cielo.
Cruzamos la
pluma de entrada del hotel El Faro Beach. Ellos si respetan la ley y siguen
dando el derecho de pejae, tal cual debe de. Mil gracias por ser de esos pocos.
No como todos aquellos gandallas que creen que las playas son privadas.
El piso esta
empredrado, esas son las calles de aquel conjunto de casas o habitaciones en
donde las personas pueden venir a pasar unos días cerca del mar. Son como pequeñas
calles.
Esta solo, casi siempre esta solo. En la
caseta el guardia y algunas veces los dueños . es un buen lugar para estar
pegado a ese mar.
Llegamos al mar ¡
La marea a
estado pegando fuerte en las noches, se ve hasta donde subió anoche. Alla, se
ven dos personas. Para alla vamos, que bueno que no hay mucha gente, vengo
huyendo, soy un ermitaño urbano.
Siento la
arena, siento hundirse mis pies, siento lo húmedo de la playa.
Las olas
vienes y se acercan, algunas olas pequeñas se alargan hasta entrar a la primer escollera, de la que ya no quedan
muchas piedras. Aun se descubre algunas para recordarnos que la corriente va
fuerte y cruzarla requiere de mas trabajo.
Las piedras
no son muy grandes, ni grandes, mas bien son pequeñas comparadas con las que
sirvieron para las escolleras del puerto.
Ya cada uno
sabe que hay que hacer, la noche anterior hemos checado el equipo juntos.
Ponemos los
tubos de pvc asegurándonos de que no se muevan o se caigan con el jalon de un
buen pez. Luego se llevan las cañas y no las regresan.
Hace frio,
casi siempre hace frio en la mañana, la brisa que provocan las olas al chocar
con las piedras, hace que se sienta mas, el agua siempre esta fría.
Tiraremos desde
arriba, a veces se puede evitar el mojarse.
A veces
aunque pocas, me quiero mojar.
Me armo la caña,
aseguro el carrete y guio la punta de la piola por cada uno de los aros guias
hasta pasar por el puntero.
El aro mas
pequeño, el que recibirá el primer mensaje de que el pez, esta comiendo.
Ya están sobre
la barda de piedras, los recipientes plásticos en los que guardamos: las
plomadas, los anzuelos, los curricanes, algunos destorcedores y seguro.
También sacamos
y listas para usarse: las carnadas y una cuchilla. De carnada traemos anchobeta
que compramos ayer en el Mercado Negro. Las cubri con mucha sal. Se ven bien. Buena
carnada.
Aseguro primero
la plomada de 4 onzas y luego los anzuelos.
Escojo una
buena carnada y la coloco pasándola dos veces por el anzuelo. Que quede lo mas
segura y lo menos visible el anzuelo.
Levanto la
caña, aseguro con el dedo la piola y quito el seguro. Lo checo dos veces. Me acerco
a la orilla y lanzo girando el cuerpo y estirando los brazos.
Se trata de
llegar lejos, como si alla estuvieran los peces grandes.
Vamos por
los grandes ¡
Esperar,
solo queda esperar y algunas veces…imaginar el gran pez del viejo.
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