Escribir.
Cada uno
escribe lo que puede, lo que hay.
Escucho un bolígrafo
raspando el papel; rápido, furioso, cortante.
Cada uno
escribe cuando no se puede hablar, cuando habla consigo mismo.
Escribir; cuando
siento la necesidad de decir, que hay momentos en que quiero gritar: ya basta!
Los conflictos
son mi falta de habilidad para convivir con otros seres.
Y explotan,
exploto o explotamos!
A chingar a
su madre cabron!
Ya estuvo…y
nada.
“Murió asfixiado
por algo que nunca dijo”
No me gusta
explotar porque no se controlarme.
Porque las
cosas que se dicen sin control emocional, son leña al fuego.
Y, lo hice.
Perdi el
control.
Una frase
que no se detuvo, una palabra dirigida con deseos de hacer daño, de causar
escosor.
Me vi
tratando de detenerme a mitad de la ya comprendida palabra, el veneno estaba
hechado.
Soberbia?
Si, muncha
pinche soberbia, pendeja mi soberbia.
El ego se ve
lastimado. Las emociones se mueven y cada lagrima contenida es un mar
embravecido de energias moviendo todo a su paso, alterando los pensamientos,
nublando la razón.
Bendito aquel
que recicla sus emociones y sin hacer daño a nadie, les da la bella forma de una canción, con cuya melodía
se culebrea el eje de mi ser.
A chingar a
su madre!
Dime, o te
digo?
A chingar a
su madre!
Dime, o te
digo?
Lo que sea
pero liberemos algo de la presión que se forma en cada uno.
Liberar energía,
manejarla concientemente.
Cuanto me
falta para aprender hacerlo?
Se que no
tengo la habilidad de manejarme a mi mismo. No conosco todo acerca de mi.
Estoy aprendiendo.
Estoy monitoreándome
(no se que quiera decir eso, pero suena chingon). Intento o al menos trato de
tratar de mirarme con los ojos, con los que se ve alguno, que escribe en la
hacienda.
No tengo
culto por grupo alguno pero se que tienen algo de verdad los usan métodos
basados en el fluir emocional.
De alguna
manera nos dicen, que la catarsis emocional; es la limpia de cargas que aligera
el despertar de conciencia.
Los falsos programas
aun están ahí, aun hay que seguir sacándolos.
Programas que
hice mios desde niño. Programas que puedo cambiar.
por eso estoy en la escuela del desaprender.
Estoy mas
relajado.
El bolígrafo
se hizo acompañar de una lluvia de perlas trasparentes que salian de sus ojos. El
bolígrafo descansa mientras yo sigo escribiendo en la maquina.
No puedo ser
buenito, pero si puedo parar de hacer daño.
Tengo que
pedir una disculpa. Encontrar el aprendizaje y seguir adelante.
Que difícil es
ser humilde!
Pero también,
que agradable es cuando se logra apasiguar el deseo de llenar la soberbia.
Soy humano,
solo uno mas entre millones de millones que ha habido sobre esta esfera azul. Porque
habría yo de ser importante o diferente?
soberbia!
Ya anduve
por ese camino, ahora voy por este otro donde desprogramarse es una prioridad. Asimilo
y busco otras opciones.
Todos los
caminos llevan al mismo punto, los caminantes son los que hacen la diferencia.
No importa
si hay o no hay vida después de mi muerte, eso vale madre!
Solo tengo
este momento, este presente en cuya energía me muevo y en ella puedo, al mismo
tiempo, percibir un dios tan bello como todo lo que me rodea.
Todo se
mueve, las emociones se mueven.
Todo fluye.
Tiempo de
pedir perdón y de perdonar.
Cada uno
haga lo que tenga que hacer.
Solo por eso
escribo, para poner mis ideas en orden, para leerme y ver si lo que me digo es
algo que puedo entender, aunque a veces: una cosa digo, otra pienso y otra
hago.
Hoy trato de
tratar y aunque se que no es suficiente, lo poco que hago, lo hago de corazón.
Yo, el
humano, comienzo a mirar para adentro.
Soy una
maquina de la naturaleza.
Soy el bonsái
que se forma solo..
soy la
herida que sana.
Soy la
inteligencia de un ser superior..
Soy evolución
¡
Estoy vivo y
soy vida!
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