Puerto Nuevo Baja California,
Viernes 2 de Mayo de 2014.
-Hey! Qué
rollo con tu viaje?
-Viaje? Se
me mueve el piso, es un efecto que siento después de estar en la panga. Es como
si mi cuerpo siguiera balanceándose sobre olas invisibles, sobre maruyos tan invisibles que ni siquiera
mi mente los puede ver.
Exceso de
adrenalina? No sé, puede ser…
Estar ahí
dentro, pasar mas allá de las olas y sentir que somos nada frente a las grandes
aguas. Es un gran ser vivo, respirando, viviendo en todos los seres que lo
componen.
Cuántas
imágenes se podrían obtener para ver como tiene muchas líneas y curvas, que hay
juegos de ondulaciones que cada día le cambian la forma de su piel.
El gran
océano del cual ni siquiera comienzo a tocar su cascarita.
Hay un punto
en cada ida a pescar, es ese el momento donde y cuando siento mías mis
emociones. Un momento en el cual mi ser se va paseando a través de mis ojitos míos
de mi sobre las aguas cuyo reflejo del cielo, algunas veces logro ver.
Cuando el
sol está alto, miro el agua y en los colores a veces verdes, a veces azules, y
viniendo de abajo para arriba, unas líneas de luces parecidas en su forma, a
las que hago yo, cuando pongo los rayos del sol de color blanco, en alguna
esquina de mis paisajes.
A veces, la
sombra de mi cabeza sobre el agua, parece estar rodeadas por rayos de luz,
algunas veces de algún color.
Adentro hay
ruidos, muchos ruidos… los ruidos del mar.
Hoy se
escuchaban muchas ballenas lejos, mi compa podía verlas, yo soy corto de vista
y no tenía mis gafas. Pero pude oírlas. Como un zumbido producido por agua y
aire. Como un gran rugido acuático.
Manchas de
lobos pescando su alimento. Hartándose hasta quedar flotando y con la cola
saliendo del agua, como estar panza arriba, con alguna almohadilla bajo la
cabeza, las aletas imaginarias, cruzadas por atrás y entre la nuca y la
almohadilla.
De a jefes!
Bien
llenitos, los lobos.
Hoy los vi
talonearle! Es decir, hacer algo por atrapar a sus presas.
Fácil era
una manchita de más de veinte, tal vez más. Un chingo compa! Un ruidero que
tenían. Les caímos para invertir los papeles. Normalmente ellos llegan cuando
estas pescando, te ganan con el pescado cuando vas subiendo la piola, tienes
que tener bien agarrada la caña, te la quita!
En las redes
no se diga, los lobos ya no batallan, dejan las puras cabezas. Venganza!
Hoy les caímos,
dejamos que ellos nos dijeran donde estaba el pescado no fuimos los únicos, ya
les habían caído un buen de gaviotas. Algo les toco, de oquis no estaban. También son muy escandalosas cuando de comer se
trata.
Buscando las
boyas que nunca encontramos, nos topamos con esa fiesta y decidimos participar.
Hoy había mucho pescado. Para donde tiráramos, picaba el pescado.
-Mira un
pajarito, anda perdido el güey! – Exclamó
Sergio –.
Al principio
no lo logré ubicar, hasta que pasó volando cerca de mí, se paro por un momento
en la panga. Estuvo solo unos segundos parado en la borda de la panga. Después
voló hacia tierra. Iba ágil, rápido y alejándose de nosotros.
Tal vez solo
necesitaba tomarse un pequeño descanso para volver el camino, andaba muy lejos
de sus terrenos. Tal vez venia huyendo de la quemazón.
Los cerros
siguen quemándose. Desde el mar se pueden ver varios puntos en donde sigue
saliendo humo. Por un rato se hizo una gran humareda, parecía que se volvería a
avivar pero solo fueron unos minutos. El fuego sigue avanzando, ya más lento
pero sigue dándole para adelante.
Es la
historia que mi ser registra.
Una gran
fiesta mar adentro, aunque no tan adentro, pasando las olas, ahí namas.
Como dicen
los de a pie, márquelo con el edificio y las antenas, el camino que sube al
cerro y las casas, con la punta de los dos cerros.
Para saber
dónde dejan sus redes o dónde hay pescado marcan sus coordenadas alineando a
pura vista dos puntos de cada lado. Normalmente solo son dos lados. Es una
bahía así que se pueden tomar datos de los lados y de enfrente. Así le hacen
los de a pie, los de a puro pelo!
Los de a
caballo dicen: lo marco? Y sacan su GPS y pos…ahita!
-Dijo la que se cayó – pa’ que lo
vean! Solo aprietan un botón y ya está, lo demás es solo meter datos para
recordar que chingados marco uno.
Ya merito
vamos por uno. Primero Dios. Para no batallar dejando el ancla, para no
perdernos cuando las olas nos hacen no encontrar las boyas. A veces hay neblina
y no deja mirar tierra, no se pueden ver los puntos que marcan las coordenadas.
A puro cálculo, son muchas vueltas.
A veces me
olvido de todo y dejo que mi mente abra el cofre de la fantasía. Veo los
grandes y largos sargazos, viniendo desde abajo, moviéndose al ritmo de la
corriente, los rayos de sol tocándolos y metiéndose para calentar un poquito y
alejar la fría oscuridad.
Peces entre
los sargazos, muchos tipos de peces, muchos seres vivos que no sabría como
llamar. Sólo estoy ahí imaginado historias y paisajes en azul y verde y que
nunca he visto. Siempre imaginado al gran pez que muerde el anzuelo.
Hay tanto
tiempo de pesca que a lo mejor un día me daré cuenta de que se trata realmente.
Igual y un día logro ver el agua sin que mi mente se vaya a otros lados o le dé
el ataque ó el síndrome “allá en Vegas”.
Intento
abrir los ojos para ver si puedo ver:
el cielo, la tierra, el agua y el fuego.
Sólo sigo
aquí viajando en la vida, en esta nave ecológica que nos lleva en el tiempo y
en el espacio. Disque en cuarentena. Quesque un virus de la memoria, quesque tamos muy pendejos porque
siempre nos andamos chingado unos a otros, quesque
somos muy pinches soberbios, quesque
no controlamos nuestras emociones, quesque,
no sabemos respirar adecuadamente. Quesque
podemos ser mejor y quesque cuando ya
controlemos nuestras emociones, quesque
entonces se manifestaran otras herramientas que podemos usar para seguir
creciendo, quesque poderes mentales.
Ay güey!
Pos yo le
sigo. Igual y para no andar pendejeando sin sentido, pos por lo menos yo puedo escoger este camino y me late. Se me hace
chido y chilo.
Buena pesca
pero sobre todo, volvimos! Aún tenemos cosas que hacer aquí y hay que hacerlas
bien, no importa que sean una locura pero que no hagan daño.
Por la
locura de ser artesano de la vida, ciudadano sin fronteras y tripulante de esta
nave esférica a la que no le falta nada. Vamos a buena velocidad y los
pronósticos de nuestro camino siguen siendo favorables.
Que siga la
fiesta!
-Ahí
póngale! Que tira usted su basura allá en el mar, que tira la basura de los burritos,
que es usted un malagradecido con el mar que le da comida. Puro bonito puro
bonito, también póngale lo feo.
Póngale que
usted se ha puesto una misión y póngale que lo escribió porque lo mandé que lo
escribiera y que me da risa ver su carita cuando está lo escribiendo y que
puedo mandarlo que le ponga lo que yo quiero que le ponga nada mas que ya tiene
que comer…
Hijoles!
Para que le leí lo que escribí, ya salí regañado y todavía bien balconeado. Es
cierto lo acepto, tire dos bolitas de papel aluminio al mar, la envoltura de
los burritos. No debo hacerlo, debo traerme mi basura.
Aunque…lo más
seguro es que…hijoles, es capaz de cada cosa. Ella si hace daño a su especie y más
cuando la contradigo. Mejor me voy a comer unas almejas con ella, las prepara
bien rico.
La pura vida
carnal! volví a nacer!
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