Jorge Chicati Copyright

sábado, 14 de diciembre de 2013

Humito del petroleo que me hace llorar



Una historia de esas chidas para contar, pero que hoy no puedo contar.

13 de diciembre del 2013, dijo la fresa, o sea! 13-12-13
El fin del mundo!
Uno más como los tantos anunciados.

El mundo se va acabar!
El mundo se va acabar y todos…bueno, al menos yo sí; mire mi vida, lo que he sido, lo que soy y pos las calificaciones morales ante una sociedad con muchas reglas, no llego mi a cinco. Más debajo de cinco, más, y de todas no pase, ni paso ninguna de todas las clases de reglitas.

El mundo se va acabar! El mundo se va acabar!
Tantas veces me lo dijeron, tantas veces hice altos en el camino, para mirarme, para verme, para conocerme.

El mundo se va acabar! Y nunca paso nada, nada visible, nada tangible, porque desde hace rato está ahí y no lo vemos; el mundo ya no da para tanto y tantos.

El mundo no hizo ninguna señal de las tantas esperadas. Las cámaras estaban ahí y a la hora, todos los reflectores puestos en el actor principal y nada.

La vida sigue, fui engañado por los datos de la historia. Todo decepcionado.

Cada vez que anunciaban el fin del mundo y no pasaba nada, recordaba las ceremonias del fuego nuevo y a aquellos seres que en sus creencias, tenían señalado un tiempo de respuesta. Los dioses podían destruir su mundo, sino lo hacían, los hombres, volvían a producir fuego, y lo llevaban a todo su reino.
El dios les regalaba otro calendario, de cincuenta y tantos años
La vida debe continuar.
La obra debe continuar!
El telón de la vida nunca se cierra.
Todo decepcionado, así, volvía a la vida, lo extraordinario estaba en lo más simple, solo miraba sin ver. La vida está enfrente. Aquí mismo dentro de mí.

Solo nos asustan los finales del mundo, ya tenemos muchas películas de esas.

La vida continúa.
Cada uno en su papel, como si la vida fuera una película, cada personaje único, sin límites.
Desplayate compa!
Vive chingada madre!
Pero, vive bien!

Después de muchos choques y fallas del conductor; el auto de mi vida, como que agarro la onda o el conductor medio aprendió a dirigir el auto y pos cada vez, eran menos errores y fallas. La bronca de los daños colaterales, me los ha cobrado la vida, en más de su precio.
Y pos  a según, ahí vamos, dándole para adelante.
La vida a veces es más cruel que esas transnacionales de los abonos chiquitos. A veces en la locura del: dale para adelante, aunque te este cargando la chingada, en los caminos saltan y rebotan los intereses de las letras chiquitas del contrato de la vida, las letras chiquitas con consecuencias de algo que creí pagado.

Un día como que logro nivelar mis gastos de energía, como que digo, a este ritmo ahí la saco para seguir haciendo lo que me gusta hacer.
Para seguir aprendiendo a conocer al conductor, el cómo funciona el conductor del auto de mi vida, aprendiendo cómo funciona el auto de mi vida.

Tomándose el tiempo y el espacio para experimentar conmigo mismo, sin pilotos, sin tribuna, sin confesor, sin escuela, solo con las tantas herramientas que me han regalado en todos los cruces del camino.

Ahí, tranquilo. Esperando más cachetadas de esas que enseñan un chingo, de esas de las que está hecha la parte gacha de la película.

Ahí tranquilo, tratando de sonreír, sin olvidar lo que fui, sin perder de vista lo que pretendo ser y disfrutando de este hermoso momento de estar vivo. Viviendo tiempo extra.


Pero,
Ahíta el pinche pero!

Ya en la línea de la vida, en la pinche carretera de la vida, nunca faltan cabrones que manejan igual que yo, a lo pendejo y aprendiendo a putazos y uno que otro daño colateral.


Así les llaman los ejércitos de los países mas chingones, a las bajas de civiles, o sea, ahíta otra vez la fresada- los daños colaterales, son la muertes de niños, de mujeres, del que sea, que se les cruce en sus pinches guerras de mierda.

Igual pasa en las ciudades y pueblos; daños colaterales.

Quesque así ya no se escucha tan feo, al menos suena chingón, aunque muchos no sepamos qué significa eso. Aja! Así digo, anja! Un aja o un anja, que no dicen nada, con cara de pendejo, sonriente y esperado que siga algo que si entienda.

Anja! Ya entendí!
 Y pos cuando, si no es gripa.

Pos así con los otros conductores y los encuentros en la carretera de la vida.
Todas son etapas de aprendizaje para su servilleta.

Pos en la vida de cada uno, al menos en la mía, hay historias que de lo absurdas, me dan risa y me regalan la oportunidad de aprender.

Aunque aprender, a veces es seguir poniendo la otra mejilla. Una y otra vez.
Lo gacho de todo esto, no es que no cuente la historia, la bronca es, que contarla, seria seguir alimentándola con energía que la hará crecer y seguir ahí.

Así aprendí a pilotear en la escuelita de los desaprenderes. Sin escuchar historias. Pilotear a un padrino de las experiencias, era jugar con la cabeza de uno, así se las ingenia el miedoso que soy. Y pos mejor sin historias, así no aparece uno por ahí tirado todo paleta.

-Como te sientes? Ve directo a las emociones. Paso “x” en tu vida, no me digas que fue, solo ponlo ahí frente a ti, como te sientes por eso? ahora si dime las emociones, cuanto es?

Era más fácil que andarse enterando de algo que es secreto, es mejor así para no enfermar con las imágenes que generaría mi ser, esas que enferman.

Frente a la bestia, sin emociones, solo espacio. A veces la bestia se levantaba y se abalanzaba contra mí.
-Te voy a romper el culo! Te voy a cortar la garganta y te voy a sacar la lengua por ahí!

Nunca me tocaba, su rostro se acercaba, al mío, era como si estuviera rabioso, era como si todo su miedo a ser visto por dentro lo transformara en violencia.

Está bien, como te sientes?
Palabras, frases, preguntas, dirigidas a mantener a su ser atado a una secuencia bien aprendida de des creación de emociones. Varias veces rompió el transe, pero nunca dejo que le ganara el viaje.


Además de que también era muy metido en la escuelita del des aprendizaje. Ahora, me la aviento solo, con la ayuda del auto monitoreo. Con la ayuda del practicar el espacio que a veces no encuentro, espacio, como ausencia de emociones.
Espacio donde el jefito es el que escucha.


Desde ahí desde el punto de observación desde el cual me puedo ver aunque sea un poco.

Al cerrar los ojos, dejo de ver el afuera, entonces mi conciencia se divide en 50 tomando conciencia del adentro y 50  del afuera no vaya ser que vengan y le roben a uno el petróleo, digo, es que yo use estufa de petróleo, de esas que ahúman mucho y namas acordarme de eso y, se me vuelven a salir las lagrimas, por el humo, del petróleo claro.

Hijos de su malinche y ambiciosa madre!
Pinche y bendito petróleo! Por su culpa hay más muertes y guerras que la chingada.
Por eso mis ojitos míos de mi, ahora están llorando. Por causa de humo que la estufa de petróleo, produce en mis recuerdos, mientras voy encontrando las emociones que andan movidas, para sentirlas, para a completar su ciclo de existencia.

Así se van, así desaparecen y el espacio queda limpio. Digo, cuando puedo fluirlas todas, aun no soy un buen piloto, aun batallo en trabajar conmigo mismo.

A veces lo mas chido es no crearlas, decidir solo observar sin involucrarse emocionalmente con los sucesos a mi alrededor.

Darle para adelante y seguir dejando esa historia sin contar. Decían mis maestros que resistencia causa persistencia y pos, no se que sea eso de la persistencia pero suena muy cabrona, así que mejor sin resistirse a las cosas que vienen, total, ahí también cabe esa parte de la oración: hágase tu voluntad y no la mía.

Puro para adelante!
Chin…! Ya me acorde de Tata Lázaro, y ora que va a pasar con todos sus monumentos chingones que hay por todo México. Son capaces de llevarlos pal kilo, digo, ya que caso tiene que los estemos viendo.

Chin…! Otra vez el humito me trae llorando.
Puro para adelante pues, aunque sea, chillando.
 Pero van a ver hijos de su católica madre!  namas hacen alguna reforma que le devuelva a las iglesias todo el poder que tenían y ahora si, agárrense niños y niñas, no por los sacerdotes mala onda, sino porque la iglesia es mas cabrona en cuanto de dinero de trata.

Tons si, seguro que sangre de indio zapoteca no va a faltar y más de un Juárez se levantara en armas. Aunque ya no creo nada, capaz ponen una final de futbol o agarran el doce de diciembre para decretar o crear alguna ley, una final de telenovela o algo que apendeje y pos mucha publicidad como esa que se traen en estos días, uno tras otro los comerciales. 

A como se echa porras el gobierno! Pagando y con dinero del pueblo, pos que tiene, se ven tan buenas gentes. Son unos angelitos. Cuantos comerciales al día? Cuanto se gasta en eso? La tele y la radio lavando cerebros, llenándolos de promesas que ya sabemos que nunca cumplen.


Ya mi  lo voy, no sea que también modifiquen el artículo primero y legalicen la esclavitud y pos los morenitos vamos primero.

Aunque no creo, ya no se compran y venden esclavos, ahora se trata de naciones que no, pinches vende patrias?

Ahora si me lo voy, nunca aprendí de “El camisa de juera”, ese que:”… dice que es amigo de gente importante, de gobernadores y de ahí para adelante pero nunca dice por ellos que siente, porque si lo dice, le rompen los dientes…”

“sombrero mugroso, camisa de juera, calzón chamagoso  es…huarachi de llanta de cuatro de cuatro correas, borracho hasta espanta, mejor ni lo veas…”

De la historia que yo decía, ni conté nada, otro día será.

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