Jorge Chicati Copyright

sábado, 7 de diciembre de 2013

Cucarachas!



Es la noche, 8:51, casi mas de tres horas que oscureció. Hace un rato me acoste en la parte mas alta de la casa,, en el suelo de la terraza. Me quede mirando las estrellas. Disfrutando de esa quietud eterna, inmensa.

Desee caer al espacio, sentír que estoy arriba, con la espalda al techo y abajo esta todo el espacio, caer al universo. Se siente bien, es una sensación diferente, ligera.

En alguna parte de nuestro ser, esta el don de ver todo, de sentirse uno con el todo.


Había subido muy alterado, por un momento me deje llevar al impulso de mis emociones y de alguna forma encontré el lugar de poder. Ahí me acoste y recordé, la bahía santa maria, alla por los cabos. Ahí dormíamos sobre la arena.

También recordé esos viajes en troca, por la noches y regresando de Puerto Nuevo a Ensenada., atrás de la troquita del tocayo Jorge, el carnalito  de miguelito aunque le decimos maicol, asi suena.

En la parte mas oscura de la escénica, la mas alta, alla por salsipuedes, por el mirador; se ve el cielo mas claro que en ninguna otra parte.

Atrás, como perro de rico, en la batea, como me gusta, cubierto por la bolsa de dormir, sentado y con el rostro levantado al cielo.

El frio, lo alto, la vista hermosa de las montañas metiéndose en el profundo y frio mar.

La zona de fallas, que me recuerdan que las placas se mueven, siempre son varios los tramos de la carretera donde los conductores tienen que ponerse truchas, es casi como encontrase topes en la pista.


Todo un ambiente mágico, agréguele que a veces se puede observan durante el recorrido, como la niebla sale del mar y va cubriendo algunas partes de esos enormes cerros .


Las estrellas!
Las estrellas!


Me agrada ver al cielo, imaginar que de pronto pasan cosas, que de pronto recibo la energía de muchos soles, de muchos lugares.


No se como se llaman las constelaciones, pero puedo reconocer a algunos conjuntos de estrellas que parece estar alineadas.

Desde hace mucho me gusta dejar la vista ahí, esperando ver ese momento luminoso que dura un instante, solo uno. No hay tiempo de pensar en que se desea. Solo se esta bien, solo se siente algo adentro. Algo que se mueve. Como si esa luz que vi, se volviera parte de mi.

Ya se que suena estúpido, pero es mi estupides, por eso mejor ni les cuento de aquellas primeras cámaras de flash, de esos cubitos que se quemaban y dejaban a todos como encadilados, pos…uno creía que ya con eso salía en la foto pues, ya después me di cuenta que no y hasta la agarrábamos de cura.


Que bien se siente después de observar un rato el cielo nocturno, es gratis, aunque no por siempre, algún dia también nos cobraran impuestos por eso.


Hoy ya me siento aquí, escuchando a Scorpions, me improvise la oficina, el rincón, con la lámpara, cerca de alguna toma de luz.


Hoy es un buen momento.


Hace tiempo que llamo a la tierra, como la nave esférica que se mueve en el espacio, aquí vamos, dando vueltas y vueltas, unas sobre el mismo eje de la tierra y otras alrededor del sol. De los demás, no sé nada.


Sigo aquí, en el primer dia del mes de diciembre del 2013, es la noche.


Tengo una credencial que dice quien soy, tiene mi fotos y eso respalda toda la información que de mi tiene el gobierno mexicano. Soy un mexicano. Nacido de mexicanos.


De alguna manera, la especie arriba de esta nave, se divide en países, todo el presente geográfico y político, es el resultado de guerras he invaciones, del agandalle de unos a otros.
Del sometimiento de ser humano sobre el mismo ser humano.


Hace tiempo, vivi la experiencia, de una epidemia de cucarachas.
Un edificio viejo, con techos de madera, muy chida pero un poco vieja, con goteras.

En la parte de abajo del edificio, había o hay aun un bar, una estética y un cuarto. Arriba pequeñas habitaciones en las que muchos haciamos nuestra vida.


Si, esa zona del Bajio de Ensenada, siempre se me hizo interesante.

Total, el primer recuerdo que tengo de haber sabido de cucarachas, fue, porque encontré un pequeño, mueble de madera tirado abajo.

Físicamente se veía bien.de volada mi mente lo limpio, lo lijo y le dio una pintada y hasta vi donde lo iba acomodar. Chingon!

Pregunte por el dueño, digo, hay que evitar broncas. Pos resulto que alguien lo tiro porque tenia muchos huevecillos de cucarachas. Ton’s lo observe mas detenidamente.

Me dio cosa y la mente de volada borro todo lo construido.
Días después observe un aparato, de disco, parte de su material era translucido, se podía mirar atravez de el y en el interior había cucarachas.

La gente comenzó a dejar la basura alla abajo, abajo casi no se limpiaba.
Para todas las habitaciones, había un lavadero. Ahí se lavaban los trastes sucios. Ahí, vimos el primer problema. Trastes con comida se quedaron muchas noches ahí. Nadie dice nada, nadie quiere problemas, yo sigo sin hacer nada.

Metido en mi mundo, en la cueva del ermitaño urbano.

Pronto se metieron o parecieron las primeras cucarachas. En la cocina fueron los primeros ataques invasivos, tipo gabachos, ni quien las parara.


Fumigue muchas veces y seguían apareciendo, en las noches era posible verlas ya por las mesas del taller.

Hijoles!
Esos malos habitos y la falta de espacio, me hacían comer en esas mesas. La comida caia ahí, o ahí también se almacenaban, bolsas con alimento.


Los demás vecinos también libraban sus batallas, fueron días, semanas, meses.

Tapaba las coladeras, había visto como entraban, por ahí o por el resumidero del lavabo. Diario aplicaba insecticida mata cucarachas a la puerta de la habitación.

Afuera, junto al lavabo se podían ver una gran cantidad de cucarachas, arriba pegadas al techo., solo salian en la noche.


Un dia me toco arreglar la chapa de la puerta de otra habitación. Al quitar una pieza que va pegada al marco de la puerta, me enocntre una gran cantidad de cucarachas.

casi no hay! -dijo la persona que vivía ahí- yo fumigo con ese liquido que usan los fumigadores de los bares.
Orales!

En las noches despertaba dos o tres veces a matar algunas cucarachas que me pasaban por el rostro despertándome. Dormir en el piso es muy agradable pero no con cucarachas.


Me pasaron unos litros de ese liquido y segui fumigando la habitación.
Las cucarachas no se fueron. Eran mas listas y cada vez mas inmunes a los químicos que de también hacen daño al ser humano.


Investigamos, buscamos información de cómo terminar esta pesadilla.

Y nos dimos cuenta que pelear contra una epidemia de cucarachas alemanas requiere de mucha diciplina y limpieza. Al menos nos volvimos mas limpios pero las cucarachas seguían y en algunas habitaciones los vecinos ya se habían dado por vencidos.

Por causalidad, se desocupo una habitación que estaba mas aislada del resto del edificio y pues a desarmar el taller, sacar todo y pieza por pieza revisar y fumigar con ese liquido color rosa. Fue una labor a conciencia.


La habitación a donde nos cabíamos, también fue fumigada a conciencia.


Por un tiempo no tuvimos cucarachas.

Parecia que por fin lo habíamos logrado.
Acondicionamos la  nueva habitación con una alacena, una barra de desayunador, la estufa, el mini refri y un zinc o lavatrastes.con todo y su mueblecito.

Todo quedo muy chulito, como dicen en mi tierra.

Ya no comeríamos mas sobre las mesas del taller.

De pronto aparecieron las primeras. Desarmamos todo, sacamos el mini refri y lo bañamos con ese liquido cuyo aroma ahora me pone mal.

La guerra había comenzado de nuevo. Volvimos a cada noche tapar tuberías de lavabos y a poner un trapo húmedo sobre la pichancha de la regadera, encima del trapo una cubeta con agua. Volvi a fumigar fuera de la casa, las puertas, todo posible rincón donde las cucarachas pudieran esconderse.


El choclo ya era viejo, se estaba despegando de la pared, ahí se escondían, casi a nivel de piso. Ahí tenían agua, por las noches buscaban comida.

Nos acostumbramos a dejar una lámpara prendida cerca de nuestros rostros para que en las noches no se nos subieran.


También se escondían en el techo de madera, en aquellos lugares donde las goteras humedecian la madera y la podrían.

Por un tiempo les aplique esmalte transparente en aerosol. De esos botes que uso para pintar mis paisajes. Salian todas pegajosas, y las mataba con alguna chancla o con un pedazo de papel.


Ya teníamos practica para mover las cosas y con pedazos de papel sanitario atraparlas y aplastarlas con fuerza sin ensuciarse, gastamos mucho papel, matamos muchas cucarachas. Pero no se acababan


Cuando revisábamos los rincones encontramos algunas como bolitas color cucarachas, parecía como si su panza, por asi decirlo, se les hubiera despegado y se hubiera secado.

No era asi, eran huevos de cucaracha, en cada uno venían muchas cucarachas blancas y pequeñitas.


Eso era la locura. A veces las bolsas ya las encontrábamos vacias, a veces nos caian del techo a la hora de comer.


Ya eran tan incontrolables que bajan a la descarada cuando nos sentábamos a comer. Ya lo sabíamos, hasta parecía que les poníamos carnada. En la mesa y ya preparados, muchos pedazos de papel sanitario.


Mi compañerita lloraba de coraje de impotencia, yo trataba de calmarla.

Ya vámonos de aquí!
Vamonos de aquí!


Las cosas económicamente no andaban bien, apenas saliamos con los gastos.

Los sabados y domingos saliamos temprano de la habitación, nos ibamos a laborar todo el dia para regresar cansados del viaje y casi siempre entre 10 u once de la noche.

Era de sentir coraje, llegar, prender la luz y ver el corredero de cucarachas, asi como hormigas, al mayoreo. Aun puedo escuchar los chanclazos, los zapatazos. Después a preparar el papel sanitario y a abrir el baño.


Las cucarachas no se acababan. Por mas limpieza que se hacia el problema no acababa, sino cada dia era peor he insoportable. Ya no se podía vivir ahí. El techo estaba muy bonito pero tenia sus detalles y por ahí estaba llegando la mas fuerte oleada de cucarachas.

El techo tenia una lona, que disque para que ya ni hubiera goteras. No sirvió y al contrario ayudo a que las cucarachas encontraran el ambiente perfecto para seguir reproduciendo.

Quítenles el agua y la comida y fumiguen. A según, pero fallo.

Un fin de semana nos fue bien y ya no esperamos mas. Nos cambiamos a un lugar mas cerca de nuestro trabajo. Dejamos los pocos muebles y aparatos que teníamos. No deseábamos para nada traernos alguna cucaracha o alguna bolsita de esas donde vienen varias.

Fumigamos cada tabla del taller y las metimos en bolsas grandes de platico.todo se reviso a conciencia. Adiós refri, adiós mesas de cocina, adiós alacena, adiós tele, adiós tantas cosas.

Al llegar aquí, se volvió a revisar todo y las reglas de limpieza siguen. Ya han pasado cinco meses y no hay cucarachas, gracias a dios.


Cuando veo al Mexico de hoy, veo aquel edificio y cada habitación es como un estado de la republica, nada mas que en lugar de cucarachas, tenemos ratotas  que aprueban reformas en la noche, que hacen acuerdos en lo oscurito, que se enriquecen sin ninguna vergüenza.

Ratas a las que les estamos pidiendo por favor que acaben con ellas mismas.
La pudrición es todo el sistema. Ese es el problema del Mexico cuyo pueblo cada vez esta mas jodido mientras sus gobernantes cada dia son mas ricos.


De aquel edificio yo me pude escapar.
De este Mexico lindo y que herido, algún dia se escaparan las ratas, igual que hicieron antes y cuando ya se nos olvide, volverán a para seguir chingando.

Hijoles! Pareciera que les bajo la pila, pero no es mi intención, déjenme decirle que los mexicanos podemos con eso y con mas, total, nunca se nos acabara el ingenio para hacer de cualquier circunstancia un chiste. Siempre sonrientes, siempre para adelante, con cucarachas o con ratas de dos patas, no importa.

Nunca nos podrán arrebatar la felicidad. Jodidos pero contentos.  
Y que siga la fiesta mientras el pueblo saluda al mal gobierno.
Y como les dice Paquita a las ratas de dos patas: me saludan a la suya!

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