Viernes 21
de marzo del 2014.
Acá en la
montaña.
Me he
levantado a las doce del día.
A veces la
vida se me hace tan monótona, que me da hueva.
La libertad
es algo que me permite no hacer nada o hacer lo imposible.
He estado en
el no hacer nada y eso solo significa que he hecho otras cosas a las que el
común de “la sociedad inteligente” y yo conocemos como: tirar la hueva.
Acostado la
mayor parte del día y la noche, solo comiendo y mirando películas o escuchando
música. Comiendo en la cama, comiendo en la sala, son libertades que nos damos.
No somos normales, solo experimentamos y si nos gusta pos lo repetimos.
Sentarse a comer en cualquier lado, es parte del abrir, del tener más
posibilidades a experimentar.
Háblame de
ti! Así decía el padrino. Y yo parezco político usando el plural, el nosotros.
Todos estamos de acuerdo. Háblame de ti! El pueblo de México habla por medio de
sus flamantes representantes, háblame de ti!
Hablar de
mi? Del que pienso, del quien soy en cada momento? de lo que hago?
Me rasco la
oreja mientras busco alguna manera de referirme a mí. Esa comezón en la oreja
me recuerda que vivo dentro de un cuerpo, que también soy el cuerpo pero que la
conciencia lleva toda la información a algún lugar dentro de la cabeza, atrás
de mis ojos.
Por un
momento se abre la puerta y entra ella en sus calzoncitos negro de bolitas, los
de la abuela –dice- su playera a media panza de casi seis meses, la alegría en
sus ojos.
-voy a ver
si no se durmió en algún rinconcito, así hecho bolita.
Sus manos se
juntan cerca de su rostro, como si se abrazaran, como si su cuerpo buscara
conservar el calor mientras su cabeza se pone de lado recargándose en alguna
almohada invisible.
Solo la
observo, la disfruto aunque mis labios no digan nada, todo entra por mis ojos y
mis pensamientos callan, tal vez buscando dejar libre la carretera de la
conciencia y la voluntad. Libre para que ella entre toda hasta al lugar dentro
de mí que es un mar de emociones y sensaciones creadas por su presencia.
Así como una
ola del mar que golpea con fuerza contra la orilla, contra arena y piedras,
contra paredones, así se levanta de la silla en la cual hizo toda su actuación,
da la vuelta y se va. El golpear de la puerta marca nuevamente el inicio del silencio
que solo es roto por la música emocional que producen los dedos mientras
golpean las teclas de la maquina.
Hoy tengo
todo y la vida no me preocupa por este hoy. Hoy es un buen día para morir. Hoy es
un buen día para vivir como si fuera el último de la vida.
Adentro hay
música que viene de algún lugar que no recuerdo,
adentro hay imágenes que se mueven, historias que se hilan, que tiene muchos
finales.
Adentro hay
océanos llenos de lágrimas y soles tan sonrientes como el infinito universo que
es solo el aliento divino.
La puerta es
dentro de mí.
Adentro de mí
hay algo que me dice todo, como si ya lo supiera. Adentro hay un punto de
equilibrio en que las emociones no existen. Desde ahí puedo empezar a caminar
en la fantasía que lleva hasta la locura o también puedo sentir la presencia de
ese todo, de ese mismo dios que todos conocemos con diferente nombre, al final
es el mismo.
Adentro esta
la historia de esta vida y de muchas vidas aunque yo no lo recuerde, adentro
esta la posibilidad de tocar la conciencia universal.
Soy un
viajero y en mi viaje ella vuelve abrir la puerta, tal vez ya le dio frio, se
puso un suéter y ya trae un pantalón a rayas con un diseño muy… híjoles difícil
describir algo que no se conoce.
-Un brócoli!
Voy, adiós señor peludo.
Ella dice
que es un vegetal, que adivine que vegetal es. Le digo varios nombres y consigo
un regaño y el que me diga: ese no es vegetal, no.
Total que me
doy y dice mientras sigue estirando sus brazos a su costado, y estira su rostro
y cabeza hacia arriba.
-un brócoli!
Voy, adiós señor peludo.
Se volvió a
ir cerrando la puerta tras de sí. Nunca falta un roto para una descosida.
Quién soy?
Soy el
presente de uno más que está aprendiendo como funciona, como obtiene más
ventajas de sí mismo y como evita los bajones de energía.
Andar al
cien y siempre dándole para adelante. Cumpliendo las reglas de la sociedad en
lo posible, para no caer otra vez en los ciclos gachos de los que después es
difícil salir.
Soy el que dando
las gracias a completa la parte que le corresponde en el baile de la vida.
Con el
jefito por delante y experimentando una nueva oportunidad cada día. Sin dejar
que el corazón envejezca, sino que pareciera ser cada día mas nuevo por su
contenido.
Crecer
pareciera un proceso de limpieza y la conciencia quitándose programas para ver
con más claridad, con más luz.
Hoy no
quiero hacer nada de mi trabajo artesanal, hoy prefiero que alguna idea grande
se incube y que esta inactividad se rompa con su nacimiento al mundo físico.
Dejo los
chicles de mis pensamientos e imágenes de materiales que se sigan mascando en
la mentecita loca, hasta que un día solo se me ocurra soplar y ver crecer una
bomba que se transforme en algún trabajo único. Algo que me haga sentir útil y
conectado con los materiales como si estos estuvieran vivos y al tocarlos y
trabajarlos ellos dictaran la forma con la cual desean continuar siendo parte
del escenario principal de alguien o de algo.
Ser parte de
una vida.
Quiero dejar
que mi aburrimiento, mi apatía laboral, este bajón; se conviertan en un grito
de vida, en ganas de vivir. Imaginar que el bajoneo es como estar bajo el agua
hasta más allá de los límites y de pronto sacar la cabeza del agua y jalar aire
con esa desesperación del que se ahoga. Así, las ganas de no vivir,
transformarlas en la necesidad de hacerlo, en el aire que llena mis pulmones,
en…!
Se abre la
puerta nuevamente.
-sabes que
dice la radio? Dice que este fin de semana voy a tener suerte. Dice que voy a
tener éxito en todo lo que haga, porque yo amo lo que hago. Así dice mi
horóscopo. Tenía rato que no escuchaba una estación de radio que diera los
horóscopos. Ha! También dice que me encomiende yo al arcángel san Miguel.
Se ríe y se
burla, se burla de lo que dicen en la radio. Se burla de mí. Sabe que la veo
porque tengo que verla, si no se enoja, sabe que estoy luchando porque no se me
vaya el hilo de la última idea. Sabe que me las curo también, que todo es parte
del show.
Se vuelve a
ir cerrando la puerta tras de sí. Híjoles¡ ya volvió.
-has visto
unos exhibidores corazón? que son como las estas chingaderas donde cuelgan las
tazas…bla bla bla... es que sabes, te extraño allá, tengo que molestarte …
Me voy me
llevan, también me gusta que me moleste.
Bendita vida
tan chingona,
Nunca falta
un roto para una descosida.
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