Jorge Chicati Copyright

sábado, 16 de noviembre de 2013

Pintante



Desde hoy, cuando me digan pintor, les sugeriré que por favor y en todo caso mejor me llamen “pintante”, suena bien, que no?

Difícil no hablar de política, digo política por llamar de alguna manera al cochinero que está sucediendo en México lindo y que herido!

La gran lucha del crimen organizado contra los criminales organizados de elección popular, dizque.

La gran guerra que no es guerra entre dos partes, sino más bien parece una buena competencia para ver cuál de los dos mata más gente u obtiene riquezas de la manera más mañosa posible.

Robar y matar!

Por esos no los encuentran, son los mismos!
Los retenes nada mas sirven para taparle el ojo al macho ante Estados Unidos  y al mismo tiempo para que los policías federales, en cada uno de los tantos retenes, bajen de los autobuses a todos aquellos mexicanos,  que quieren cruzar para el otro lado y, pos les roban su dinerito de la manera más puerca y traidora en que pueden actuar, quienes tienen la obligación de cuidar el orden y la seguridad.

Cada autobús de pasajeros, proveniente de los estados del sur, de esos económicos que traen a la gente que trabaja en el campo , de los de 1400 y hasta 1200 pesos de costo de pasaje, por ejemplo: desde la sierra de Oaxaca, hasta San Quintín, Baja California.

Sales un día miércoles a las nueve de la mañana y llegas sábado casi a la media noche a tu destino final.

Cansados, con hambre, miedo, sucios y todavía asaltados por policías mexicanos.

Por eso no merecen mi respeto, por eso cada que veo a alguno, a mi mente vienen las imágenes de policías que lo primero que te preguntan es: adónde vas?,  adonde compraste tu boleto?

Si vas a algún lugar del desierto de Altar, en el estado de Sonora, seguro te bajan. Que vengase para acá, que disque una revisión de rutina para su propia seguridad, que saque la identificación.

Pinches perros!

Quieren que saques la cartera para ver si llevas dinero.

-Ponga sus cosas ahí, dese la vuelta para revisarlo.

Ajá!

Hijos de su madre!  están más entrenados que un carterista de la central de abastos.

La justicia debe ser rápida y expedita, y lo es, rápido te sacan el dinero, mientras tu estas de espaldas lo de expedito más bien parece ser; es un pedote federal!
 Atrévete a reclamar y veras como te va.
-Jefe! Aquí me falta dinero.
- Acaso dudas de la honestidad de un policía?
-Estás diciendo que soy ratero?

Póngase trucha paisa!
Compre su boleto de autobús hasta San Quintín y diga que va a la siembra de tomate o algo así, para que se evite lo bajen del autobús, lo lleven a lo oscurito y le roben su dinero. El pasaje cuesta lo mismo o tal vez unos 200 pesos más que hasta altar, pague la diferencia, le conviene. Pierde menos lana, lo molestan  menos, hace menos corajes y así cuida usted su hígado.  

Si lleva lana, lleve poca y la que lleve, escóndala lejos de su cartera, lejos de la credencial de elector y no se olvide dejar algún billetito en la cartera  porque si no, no se la van a creer.

Llegando a su destino, pos’ nada mas pida parada en: esquina poste manejador! como dicen en mi pueblo.

Cual tomarles alguna foto, cual saber quiénes son, si andan todos cubriéndose el rostro con pasamontañas o gafas de sol, buenos delincuentes escondiendo sus rostros.

Ni cómo defenderse, ni como demostrar o tener pruebas. Solo se debe de apechugar y seguir odiando a esos malos pero muy malos polecias..

Que sentirán cuando se sientan en el comedor de su casa y ven comiendo a sus hijos los alimentos pagados con el hambre y la desgracia de otros?

Joder al jodido!

Pobres mis paisanos oaxaqueños, como los chingan, de regreso ya es menos, pero también es toda una aventura, comenzando con la disque garita aduanal, 3000 pesos por autobús, solo por no revisarlo y que la gente tenga que bajar en medio de la madrugada y con aquellos fríos del desierto.


Como cuantos autobuses chingarán por noche? Si, dije chingarán, ni modo que diga revisan.

México lindo y que herido!

Dizque Carteles  contra el ejecutivo, el legislativo, el judicial, policías de todos los niveles y algunos malos soldados, que han manchado como nunca esa gran institución que creímos seria siempre el gran ejemplo de amor a la patria.

También puede que de los otros quede alguno que sea honesto pero ya no quiero equivocarme, yo como el médico ante la gangrena; mejor corto por lo sano.

Estoy escuchando las noticias por Milenio Radio.

Que descaro!
Y, que humillación tan cruel debe ser; para aquel que sea un buen periodista y que siga trabajando en esta empresa, digo, debe haber alguno que por necesidad tenga que agachar las orejas y callar las palabras justas, que en alguna parte se deben estar acumulando, amenazando con matarlo de asfixia.

Que la verdad no los mate, aun tienen tiempo.

Hay una gran diferencia entre hacer un buen trabajo periodístico, ha, solo ser la voz y la cara bonita que repite lo que conviene a algunos.

Ya basta de prostitución periodística!

El duopolio Televisa-TVAzteca, pero sobre todo Televisa, están pisando la cuerda floja. Su forma de proceder en el manejo de la información, los está haciendo cómplices de todas la chingaderas que están haciendo sus patrones, esos que les dicen, que decir y que no decir.

 Los mexicanos somos huevones hasta para hacerla de pedo, pero con tantas reformas amañada, el chingar a “solo los que no estuvieron con Peña”, los diferencia de salarios, jubilaciones y demás, entre gobernantes y gobernados; le están pisando los huevos al pueblo y eso quita la flojera porque la quita!

Uff!

Tantas razones!

 No vale de nada, tal vez ser buen periodista, cuando solo eres un empleado más.


Trabajo periodístico?
El de Carmen Aristegui, digo, al menos es más imparcial y profesional.

Se juega la vida, lo sabemos muchos. Es de las pocas periodistas de conciencia, de esas, que no se quedan calladas.

Esos son huevos!
Por algo dicen, que las mujeres tienen dos o varios.


Hoy anduve por Tijuana. Me toco ir a comprar cartón para pintar.
Una cuadra antes de que me bajara del taxi colectivo en la Tercera y Madero, vi unas patrullas llenas de detenidos, tal vez diez ó más en la batea. Como animales, así los transportan.

Caminando por la calle Segunda, muy cerca del Santuario de Guadalupe (creo así se llama) volví a encontrarme con otra patrulla igual de llena de gente en la batea. Así son las razzzias de hoy.

Dos policías estaban en la banqueta, junto a lo que imagino es un negocio de bolear. Revisaban un maletín o portafolio lleno de papeles.

-Que no volteen! Que no volteen!

Mi mente parecía gritar a causa del miedo dentro de mí. Sí, lo acepto, le tengo más miedo a la policía que a los delincuentes.

Mientras caminaba frenando la velocidad de mis pasos, hice todo un análisis de las causas de mis miedos y de alguna manera el nombre de Dios era repetido por ese sonido o voz interior que dentro de mi pidió ayuda y protección para no ser atacado o asaltado.

Sí, mi conciencia, se fue de inmediato a la cartera que guardé en la bolsa delantera izquierda de mi pantalón.
-Nuestros últimos pesos no se pueden ir así nada mas, son lo último que tenemos para comprar cartón y, sin cartón no se pinta.

Miedo a que?
A que tengo una barba que crece de forma natural y como dios me la dio. Además de que evito el ser un consumidor de rastrillos. El ser humano necesita detener la destrucción del planeta y el consumismo es el mayor responsable.

Pelo largo, amarrado pero pelo largo.
Tennis sucios y con manchas de pintura.
Pantalón negro con algunas manchas de pintura blanca, de cuando se pintó el local.
No soy güero y con rostro de bien comido, así gordito y cachetón como los diputados eso que seguimos  engordando.

“…Nanga ti feu…”
A huevo!
“…yo soy un feo,
un feo que sabe amar,
con todo su corazón y
que te quiere de verdad…”

Como dicen en mi tierra; “dijera el otro, soy un bellísimo, autentico y autóctono ejemplar oaxaqueño!”
Si o que?

Pos’ todo esto, la apariencia física e inclúyanle la mirada de desconfianza, seguro me hace un ser dentro del grupo de vulnerabilidad que los polis buscan cuando les exigen llenar las cárceles y así bajar un poco la presión que la sociedad hace cuando los asaltos o hechos delictivos graves se hacen más constantes.

Sí, hoy salí de “acá en la montaña” y con miedo y todo, me fui a Tijuana a comprar cartón. No es Tijuana en sí, Tijuana ahora, es un lugar tranquilo entre comillas, eso comparándolo con otras ciudades de México y, con su propio pasado.

Tal vez solo soy yo y mi mentecita enferma, lo que me hace vivir estas pato- aventuras o al menos dejar constancia escrita. Tal vez los demás están de acuerdo en que se negocie el petróleo mexicano de forma tan riesgosa, que la gasolina sea más cara que en los Estados Unidos, que se recorten muchísimo los derechos de los trabajadores, que el pago por hora sea de menos de siete pesos cuando el pasaje esta a más de diez pesos en esta zona.

Tal vez, yo estoy loco y no creo en una reforma educativa o el mínimo interés de que los mexicanos tengamos una educación de excelencia cuando el gobierno pretende reducir el dinero destinado a las universidades.

Tal vez soy yo el único que ve en los maestros, a los héroes que se atreven entre tanta muerte extraña pero no tanto; a enfrentarse con el gran moustro de la corrupción el mal gobierno.


Tal vez soy yo, que en mis alucines o delirius tremens, veo a un líder petrolero muy rico e inexplicablemente intocable. Inexplicable? No sé porque me traiciona esta risita.

Sí, ya de plano. Solo yo,  soy el que veo a un ex presidente con botas que pide que se legalice la marihuana y que él le entra al negocio.

Porque cuando pudo, no lo hizo? Porque su ex está involucrada en USA en lavado de dinero?

Pinches locos! Hay muchos de esos y yo también por seguirles la cura. No es cierto, la verdad yo ya naci así.

Bueno pues ya me voy sino la domadora se aguita, le llegaré cantando a ver si así me disculpa tanto escribir tonterías y hacerlo con tantos errores.

“Antenoche fui a tu casa,
 tres golpes le di al candado,
 tu no sirves para amores,
tienes el sueño pesado.

Hay sandunga!
Sandunga Mama por Dios,
Sandunga no seas ingrata
mamá de mi corazón.

Tan tán tarararara
Tan tán tarararara…”

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