Jorge Chicati Copyright

jueves, 16 de junio de 2011

de una vieja radio novela

“…Hijo de padres bastardos ¡

Su mente buscaba acomodar un hecho con el que nunca habia vivido, ni viviria.

¡Hijo de…!

Adentro no hay la intencion de cargar con esa priedra. Adentro no se aceptan programas negativos.
Adentro hay un intento de sanar heridas; heridas tontas, heridas producidas por programas tontos, programas mal elegidos. Cada palabra es un boton, que se debe pensar antes de presionar.

En aquella sierra lejana, entre esos caminos donde pocos se atreven a buscar. Entre gente que vive diferente a el. Entre todas esas lomas y casas; estaban sus raices y ahí tuvo que buscar.

¿Qué quiere ese bastardo?

Un grito, una respuesta, una voz que corrio fuerte y dura por aquellos parajes. Una voz que penetro hasta arrancar las tiernas imágenes pintadas por manos de niño.

Adentro el corazon golpea mas fuerte.
Adentro un calor le recorre todo el cuerpo hasta concentrase en el rostro, es como si el rostro quisiera esconderse detrás de el. Esta sobre la piel y quema.

Ya tiene su respuesta. Su respuesta es en un tiempo y en un lugar, el sabe que nada es para siempre, el sabe que la vida es inesperada.

El veneno de alguna vieja emocion guardada, intenta salpicarlo.

No pasa nada.

-Solo hay que desandar el camino. ¡soy hijo de buenos padres ¡ siempre lo he sido.

Miro la montaña, he imagino la ninez de su abuelo, corriendo entre esas lomas, jugando ajeno al tiempo y la historia, siendo solo un niño como todos los niños. Por un momento lo imagino correr descalzo entre los arroyos y sonreir.

Despues sintio correr el agua de algun rio, miro a su madre lavando sobre una piedra y a sus hermanos correr, contentos, bañados por el sol y el agua.

Una mano apreto la suya. Toco a sus hijos y sintio el correr de su sangre como su padre corrio por esos lugares hasta que un dia no detuvo su carrera y solo se fue, se exilio.

Un cura apela a la justicia de España por un trio de delincuentes: un asaltante, un asesino y un violador. El exilio es la indulgencia, los delincuentes sus hermanos y de alguno de ellos decendia su madre.

Cuantas historias corriendo por la sangre. Historia de charros y haciendas. Es la historia del Mexico conquistado. Historias de grandes caciques y familias.

Nada hay que decir, nada hay que jusgar. Solo se mira desde lo alto, sin odio, sin armas y sin violencia.

Gracias. Un profundo gracias al infinito, salio de su pecho al expulsar todo el aire contenido. La paz fluyo por su piel hacia los suyos y se fueron agradecidos por encontrar una respuesta…”

El narrador calla, las imágenes se van desapareciendo

Es la mente de un viejo perro que camina a la orilla de la carretera, un perro que lleva prendida la radio de su imaginacion. Nada como sintonizar viejas radio novelas mientras sus callosas patas siguen devorando la distancia, que lo separa de su meta. La felicidad es su meta y la sonrisa no desaparece cuando se dirije alegre y moviendo la cola hacia ella.

Buen camino “perrito sin dueño”
Mientras no dejes de sonreir, que importa que no sepas que la felicidad es un camino y no una meta.

Sigue escuchando tus viejas radio novelas y llenate de heroes y princesas, llenate de todo lo que es la vida que es lo unico que hay.

Y ama tus pulgas que es lo unico que tienes, se lo que eres:”un perrito sin dueño”

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